Mensajes Selectos Tomo 1

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Capítulo 9—Examinaos a vosotros mismos*

“Examinaos a vosotros mismos si estáis en la fe; probaos a vosotros mismos”. 2 Corintios 13:5. Fiscalizad detenidamente el genio, el temperamento, los pensamientos, las palabras, las inclinaciones, los propósitos y los hechos. ¿Cómo podemos pedir inteligentemente las cosas que necesitamos, a menos que probemos por medio de las Escrituras la condición de nuestra salud espiritual? 1MS 104.1

Muchos están trazando sendas torcidas en su vida espiritual. Oran descuidadamente y en forma inconexa. El que está colocado en un puesto de responsabilidad, debiera recordar que por sí mismo no puede hacer lo que se requiere de él. Cada día debiera recordar que es un espectáculo al mundo, a los ángeles y a los hombres. 1MS 104.2

Nadie ha de esperar que en su campo de trabajo se le proporcionen costosos medios para hacer el bien. El que encuentra más gozo en su servicio se dedica a su obra, no importa cuán humilde sea, y en cualquier parte que sea colocado. Cristo, nuestro ejemplo en todas las cosas, fue pobre para que por medio de su pobreza pudiera enriquecer a muchos. 1MS 104.3

Aquel cuyo corazón está lleno con la gracia de Dios y con amor a sus prójimos que perecen, hallará la oportunidad, no importa dónde esté colocado, de hablar una palabra en sazón a los cansados. Los cristianos han de trabajar por su Maestro con humildad y mansedumbre, aferrándose a su integridad en medio del ruido y bullicio de la vida. 1MS 104.4

Dios exhorta a los hombres para que le sirvan en cada transacción de la vida. Los negocios son una trampa cuando la ley de Dios no se ha convertido en la ley de la vida diaria. El que tiene algo que ver en la obra del Maestro ha de mantener una integridad rectilínea. En todas las transacciones comerciales, tan ciertamente como cuando está de rodillas, busca la ayuda de lo alto; la voluntad de Dios ha de ser su voluntad. Ha de mantener al Señor siempre delante de sí, estudiando constantemente los temas de que habla la Santa Palabra. Así, aunque viva en medio de lo que degradaría a un hombre de principios laxos, preserva su cristianismo el hombre piadoso y de integridad a toda prueba. 1MS 105.1

El mundo no es más favorable hoy para el desarrollo del carácter cristiano que en los días de Noé. Entonces se había extendido tanto la impiedad, que Dios dijo: “Raeré de sobre la faz de la tierra a los hombres que he creado, desde el hombre hasta la bestia, y hasta el reptil y las aves del cielo; pues me arrepiento de haberlos hecho. Pero Noé halló gracia ante los ojos de Jehová... Noé, varón justo, era perfecto en sus generaciones; con Dios caminó Noé”. Génesis 6:7-9. Sí, en medio de esa era degenerada, Noé era un placer para su Creador. 1MS 105.2

Estamos viviendo en los últimos días de la historia de esta tierra, en una era de pecado y corrupción, y como Noé hemos de vivir de tal manera que seamos un placer para Dios al manifestar las alabanzas de Aquel “que os llamó de las tinieblas a su luz admirable”. 1 Pedro 2:9. En la oración que Cristo elevó a su Padre antes de su crucifixión, dijo: “No ruego que los quites del mundo, sino que los guardes del mal”. Juan 17:15. 1MS 105.3