Mensajes Selectos Tomo 1

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Los peligros de criticar los mensajes inspirados

Algunos juzgan las Escrituras declarando que este pasaje o aquél no es inspirado porque no les impresiona favorablemente. No pueden hacerlo concordar con sus ideas de filosofía y ciencia, “falsamente llamada ciencia”. 1 Timoteo 6:20. Otros, por diferentes razones, ponen en duda porciones de la Palabra de Dios. Así muchos caminan ciegamente donde el enemigo prepara el camino. Ahora bien, no es de la incumbencia de ningún hombre pronunciar sentencia sobre las Escrituras, juzgar o condenar ninguna porción de la Palabra de Dios. Cuando alguien se atreva a hacer esto, Satanás le hará respirar una atmósfera que empequeñecerá el crecimiento espiritual. Cuando un hombre se siente tan sabio como para criticar la Palabra de Dios, su sabiduría es considerada por Dios como necedad. Cuando sepa más, sentirá que tiene todo por aprender. Y su primera lección será la de llegar a ser dócil. “Aprended de mí—dice el gran Maestro—, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas”. Mateo 11:29. 1MS 47.6

Los que os habéis estado educando a vosotros mismos dentro de un espíritu de crítica y acusación, recordad que estáis imitando el ejemplo de Satanás. Cuando os conviene, tratáis los testimonios como si creyerais en ellos, citando de ellos para robustecer alguna declaración que queréis que prevalezca. Pero, ¿qué sucede cuando la luz es dada para corregir vuestros errores? ¿Aceptáis entonces la luz? Cuando los testimonios hablan en contra de vuestras ideas, los tratáis muy livianamente. 1MS 48.1

No conviene que nadie deje caer una palabra de duda aquí y allí, que obre como veneno en otras mentes, sacudiendo su confianza en los mensajes que Dios ha dado, que han ayudado a colocar el fundamento de esta obra, y la han acompañado hasta hoy para reprochar, amonestar, corregir y animar. A todos los que se han interpuesto en el camino de los testimonios, diré: Dios ha dado un mensaje a su pueblo, y su voz será oída ya sea que la oigáis o la omitáis. Vuestra oposición no me ha dañado a mí, pero debéis dar cuenta al Dios del cielo que ha enviado esas amonestaciones e instrucciones para mantener a su pueblo en el camino recto. Tendréis que responder ante él por vuestra ceguera, por ser una piedra de tropiezo en el camino de los pecadores. 1MS 48.2

“¡A la ley y al testimonio! Si no dijeren conforme a esto, es porque no les ha amanecido”. Isaías 8:20. Aun la obra del Espíritu Santo sobre el corazón ha de ser probada por la Palabra de Dios. El Espíritu que inspiró las Escrituras siempre conduce a las Escrituras.—The General Conference Daily Bulletin, 13 de abril de 1891. 1MS 49.1