Mensajes Selectos Tomo 1

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El significado del nacimiento de Cristo

Dios y Cristo sabían desde el principio en cuanto a la apostasía de Satanás y a la caída de Adán por el poder engañador del apóstata. El propósito del plan de salvación era redimir a la raza caída, darle otra oportunidad. Cristo fue designado como Mediador desde la creación de Dios, designado desde la eternidad para ser nuestro sustituto y garantía. Antes de que fuera hecho el mundo, se dispuso que la divinidad de Cristo estuviera revestida de humanidad. “Me preparaste cuerpo” (Hebreos 10:5), dijo Cristo. Pero no vino en forma humana hasta que hubo expirado la plenitud del tiempo. Entonces vino a nuestro mundo como una criaturita en Belén. 1MS 293.2

A nadie nacido en el mundo, ni aun al más dotado de los hijos de Dios, jamás se le ha expresado tal demostración de gozo como la que saludó al recién nacido de Belén. Los ángeles de Dios entonaron sus alabanzas por las colinas y llanos de Belén. “¡Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres!” Lucas 2:14. ¡Ojalá toda la familia humana hoy día pudiera reconocer este canto! La declaración que se hizo entonces, la nota que resonó, el himno que entonces comenzó, se ampliarán y se extenderán hasta el fin del tiempo, y resonarán hasta los confines de la tierra. Significan gloria para Dios, paz en la tierra, buena voluntad para los hombres. Cuando el Sol de Justicia se levante trayendo salud en sus alas, el himno que comenzó en las colinas de Belén repercutirá en la voz de una gran multitud, como la voz de muchas aguas, que dirá: “¡Aleluya, porque el Señor nuestro Dios Todopoderoso reina!” Apocalipsis 19:6. 1MS 293.3

Por medio de su obediencia a todos los mandamientos de Dios, Cristo efectuó la redención de los hombres. Esto no fue hecho convirtiéndose [Cristo] en otro, sino tomando él mismo la humanidad. Así Cristo dio a la humanidad la posibilidad de existir gracias a lo que él hizo. La obra de la redención es poner a la humanidad en comunión con Cristo, efectuar la unión de la raza caída con la divinidad. Cristo tomó la forma humana para que los hombres pudieran ser uno con él, así como él es uno con el Padre; para que Dios amara al hombre como ama a su Hijo unigénito; para que los hombres pudieran ser participantes de la naturaleza divina y pudieran ser completos en Cristo. 1MS 294.1

El Espíritu Santo, que procede del unigénito Hijo de Dios, une al ser humano, cuerpo, alma y espíritu, con la perfecta naturaleza de Cristo divino-humana. Esta unión está representada por la unión de la vid y los sarmientos. El hombre finito está unido con la fortaleza de Cristo. Mediante la fe, la naturaleza humana queda asimilada con la naturaleza de Cristo. En Cristo, somos hechos uno con Dios. 1MS 294.2