Mensajes Selectos Tomo 1

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Sección 4—“Que prediques la palabra”

Introducción

Cuando en 1933 la dirección de la Asociación General hizo planes para que se pusiera un vigoroso énfasis en las campañas de evangelismo en toda Norteamérica, se comprendió que si habían de alcanzarse grandes objetivos, los ministros ocupados en trabajo público debían dejar temas de menor importancia y dedicarse a la presentación del mensaje del tercer ángel en sus aspectos más amplios y efectivos. A pedido de la Asociación General, se publicó un folleto de 16 páginas titulado Que Prediques la Palabra, que contenía consejos de la Sra. de White. Un amplio bien se logró con los muchos millares de ejemplares distribuidos para despertar nuevamente al ministerio a la solemne responsabilidad de proclamar al mundo el mensaje postrero de la hora del juicio. Aquí se presentan en forma permanente esos extractos que no están incluidos en otros libros de Elena G. de White. Las declaraciones impresas no constituyen una recopilación exhaustiva de lo que ha escrito sobre el tema la pluma inspirada. Consejos adicionales se pueden hallar en Evangelismo, Obreros evangélicos, Testimonios para los ministros y Servicio cristiano. 1MS 180.1

A continuación de lo publicado en el folleto, hay unos pocos capítulos que se relacionan entre sí. “El peligro de los extremismos” fue dirigido a uno de nuestros ministros y contiene instrucciones muy útiles que hasta ahora sólo estaban en Notebook Leaflets. Es oportuno el capítulo titulado “Cuidaos de fijar fechas”. La sección termina con consejos tomados de Special Testimonies, Serie B, No. 2, escritos durante las crisis de 1903 y 1904, cuando se quisieron introducir en la denominación ciertas ideas panteístas como si hubieran sido nueva luz, que se decía sería una gran bendición para la iglesia. La principal bendición que resultó de esa crisis fueron las lecciones de verdad tan fervientemente comunicadas por la mensajera del Señor a la iglesia que estaba luchando. Se encuentra este material principalmente en Testimonies, tomo 8* y en El ministerio de curación.—Los fideicomisarios. 1MS 180.2