La Voz: Su Educación y Uso Correcto

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Los Wesley y Whitefield

Justificación y renovación—Wesley consagró su vida a predicar las grandes verdades que había recibido: la justificación por medio de la fe en la sangre expiatoria de Cristo, y el poder regenerador del Espíritu Santo en el corazón, que lleva fruto en una vida conforme al ejemplo de Cristo. VEUC 426.3

Whitefield y los Wesley habían sido preparados para su obra por medio de un profundo sentimiento de su propia perdición; y para poder sobrellevar duras pruebas como buenos soldados de Jesucristo, se habían visto sometidos a una larga serie de escarnios, burlas y persecución, tanto en la universidad, como al entrar en el ministerio... VEUC 427.1

Como miembros de la iglesia de Inglaterra estaban muy apegados a sus formas de culto, pero el Señor les había señalado en su Palabra, un modelo más perfecto. El Espíritu Santo los constriñó a predicar a Cristo y a éste crucificado. El poder del Altísimo acompañó sus labores. Millares fueron convencidos y verdaderamente convertidos. Había que proteger de los lobos rapaces a estas ovejas. Wesley no había pensado formar una nueva denominación, pero organizó a los convertidos, en lo que se llamó en aquel entonces la Unión Metodista.—Seguridad y Paz en el Conflicto de los Siglos, 299, 300. VEUC 427.2

El evangelio de la gracia de Dios—De modo que al predicar el Evangelio de la gracia de Dios, Wesley, como su Maestro, procuraba “engrandecer” la ley y hacerla “honorable”. Hizo fielmente la obra que Dios le encomendara, y gloriosos fueron los resultados que le fue dado contemplar. Hacia el fin de su larga vida de más de ochenta años—de los cuales consagró más de medio siglo a su ministerio itinerante—sus fieles adherentes sumaban más de medio millón de almas. Pero las multitudes que por medio de sus trabajos fueron rescatadas de la ruina y de la degradación del pecado, y elevadas a un nivel más alto de pureza y santidad, y el número de los que por medio de sus enseñanzas han alcanzado una experiencia más profunda y más rica, nunca se conocerá hasta que toda la familia de los redimidos sea reunida en el reino de Dios. La vida de Wesley encierra una lección de incalculable valor para cada cristiano. ¡Ojalá la fe y humildad, celo incansable, abnegación y desprendimiento de este siervo de Cristo, se reflejasen en las iglesias de hoy!—Seguridad y Paz en el Conflicto de los Siglos, 307. VEUC 427.3