La Voz: Su Educación y Uso Correcto

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Capítulo 51—Refinamiento y solemnidad

No se necesita el sensacionalismo—El Señor pide, que Ud. mejore definidamente su manera de presentar la verdad. No necesita ser sensacionalista. Predique la Palabra, así como Cristo, el Hijo de Dios, predicaba la palabra. Las gesticulaciones violentas, desvirtúan las impresiones que la verdad produciría en los corazones humanos, y disminuyen la fuerza de la manifestación del Espíritu de Dios. Borran las impresiones solemnes concernientes a la Palabra de Dios, que los santos ángeles desearían que se hiciesen en las mentes...—El Evangelismo, 138. VEUC 327.1

Gestos torpes y toscos—Los gestos torpes y toscos, no deben tolerarse en las profesiones comunes de la vida; cuánto menos, entonces, debieran soportarse en la obra más sagrada del ministerio evangélico. El ministro debiera cultivar la gracia, la cortesía, y las maneras refinadas. Debiera andar con una tranquila dignidad, que esté de acuerdo con su elevada vocación. La solemnidad, cierta autoridad piadosa, mezclada con humildad, es lo que debiera caracterizar el comportamiento del que es un maestro de la verdad de Dios.—El Evangelismo, 464. VEUC 327.2