La Verdad acerca de los Angeles

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Moisés en Madián

Si se hubieran abierto sus ojos, Moisés hubiese visto a los mensajeros de Dios, puros y santos ángeles, cuidándolo amorosamente y derramando su luz alrededor de él.—The Signs of the Times, 19 de febrero de 1880. VAAn 95.1

Mientras estaba dedicado a sus deberes, Moisés vio una zarza cuyo tronco, ramas y follaje ardían pero no se consumían. Se acercó para ver esa maravilla y una voz se dirigió a él desde las llamas. Era la voz de Dios. Era Aquél que en tiempos pasados se había revelado a los padres como el Angel del pacto. Moisés se estremeció de terror al escuchar al Señor mencionar su nombre. Con labios trémulos respondió: “Heme aquí”. Se le amonestó entonces a no acercarse a su Creador con una familiaridad indebida: “Quita tu calzado de tus pies, porque el lugar en que tú estás, tierra santa es... Entonces Moisés cubrió su rostro, porque tuvo miedo de mirar a Dios”. Éxodo 3:4-6.—The Signs of the Times, 26 de febrero de 1880. VAAn 95.2

Con su esposa y sus hijos, Moisés emprendió el viaje [hacia Egipto]... Mientras se alejaba de Madián, Moisés tuvo una terrible y sorprendente manifestación del desagrado del Señor. Se le apareció un ángel en forma amenazadora, como si fuera a destruirle inmediatamente. No le dio ninguna explicación; pero Moisés recordó que había desdeñado uno de los requerimientos de Dios, y cediendo a la persuasión de su esposa, había dejado de cumplir el rito de la circuncisión en su hijo menor. No había cumplido con la condición que podía dar a su hijo el derecho a recibir las bendiciones del pacto de Dios con Israel... Séfora, temiendo que su esposo fuese muerto, realizó ella misma el rito, y entonces el ángel permitió a Moisés continuar la marcha. En su misión ante Faraón, Moisés iba a exponerse a un gran peligro; su vida podía conservarse sólo mediante la protección de los santos ángeles. Pero no estaría seguro mientras tuviera un deber conocido sin cumplir, pues los ángeles de Dios no podrían escudarle.—Historia de los Patriarcas y Profetas, 261. VAAn 95.3

Habiendo recibido instrucciones de los ángeles, Aarón salió a recibir a su hermano, de quien había estado tanto tiempo separado. Se encontraron en las soledades del desierto cerca de Horeb... Juntos hicieron el viaje a Egipto; y habiendo llegado a la tierra de Gosén, procedieron a reunir a los ancianos de Israel.—Historia de los Patriarcas y Profetas, 233. VAAn 96.1