Testimonios para los Ministros

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La iglesia remanente no es Babilonia*

Me he entristecido mucho al leer el folleto publicado por el Hno. S. [veasé el Apéndice.] y por los que estaban asociados con él en la obra que ha estado haciendo. Sin mi consentimiento, han tomado extractos de los Testimonios, y los han insertado en el folleto que han publicado, para hacer aparecer que mis escritos sostienen y aprueban la posición que ellos defienden. Al hacer esto han realizado algo que no es justicia ni rectitud. Al tomarse libertades injustificables han presentado al pueblo una teoría que es de carácter engañoso y destructivo. En tiempos pasados, muchos otros han hecho esto mismo, haciendo parecer que los Testimonios sostenían posiciones insostenibles y falsas. TM 32.4

Se me ha mostrado que la posición adoptada por el Hno. S. y por sus simpatizantes no es exacta, sino que es uno de los “he aquí” y “he allí” que caracterizarán los días en que vivimos. Como una muestra de la forma en que el Hno. S. ha compilado ese folleto, daré el siguiente incidente: Escribí una carta particular a uno de nuestros pastores, y con bondad, pensando que podría ser una ayuda para el Hno. S., aquel hermano le envió una copia a éste; pero en lugar de considerarla como algo destinado a su ayuda personal, imprime porciones de la misma en el folleto como un testimonio inédito, para respaldar la posición que ha adoptado. ¿Es esto honorable? No había nada en el testimonio que sostuviera la posición del Hno. S.; pero él lo aplicó erróneamente, como muchos hacen con los textos de la Escritura, para perjuicio de su propia alma y de las almas de los demás. Dios juzgará a los que se toman libertades injustificables y utilizan métodos fraudulentos para dar carácter e influencia a lo que ellos consideran como verdad. Al utilizar una carta privada enviada a otra persona, el Hno. S. ha hecho un mal uso de los bondadosos esfuerzos de alguien que deseaba ayudarlo. Las personas que publicaron el panfleto sobre el Fuerte Clamor, y la caída de todas las iglesias, dan evidencia de que el Espíritu Santo de Dios no está trabajando con ellas. “Por sus frutos los conoceréis”. TM 33.1

Los que reciben los folletos que defienden estas falsas posiciones, recibirán la impresión de que yo apoyo estas opiniones y estoy unida con estos obreros en proclamar lo que ellos designan como “nueva luz”. Yo sé que su mensaje está mezclado con la verdad, pero la verdad está falsamente aplicada y pervertida por su relación con el error. Quisiera decir al hermano que envió a estos hombres una copia de una carta que yo le escribí, que yo no he tenido ninguna intención de censurarlo, y nadie debe arrojar la menor culpa sobre usted concerniente a este asunto. Si yo lo juzgara falsamente y lo censurara, cuando sus motivos e intenciones eran buenos, incurriría en el desagrado de Dios. Si el hermano a quien usted intentó ayudar se ha tomado libertades y ha traicionado la confianza que usted depositó en él, no se culpe por ello ni se apene por los resultados de la infidelidad de él. TM 33.2

Instrucción a los discípulos

Hay asuntos en los Testimonios que se han escrito no para el mundo en general, sino para los creyentes hijos de Dios, y no es apropiado hacer que la instrucción, la advertencia, el reproche o los consejos de este carácter sean hechos públicos para el mundo. El Redentor del mundo, el Enviado de Dios, el más grande Maestro que los hijos de los hombres conocieron alguna vez, presentó algunos temas de instrucción, no para el mundo, sino para sus discípulos solos. Aunque tenía mensajes destinados a las multitudes que se apiñaban a su paso, también tenía alguna luz e instrucción especiales para impartir a sus seguidores que él no impartió a la gran congregación, ya que no habría sido entendida y apreciada por ella. Envió a sus discípulos a predicar, y cuando regresaron de su primera labor misionera y tenían variadas experiencias para relatar concernientes a su éxito en la predicación del Evangelio del reino de Dios, él les dijo: “Venid vosotros aparte a un lugar desierto, y descansad un poco”. En un lugar recluido Jesús impartió a sus seguidores la clase de instrucciones, consejos, palabras de cautela y de corrección que él vio que necesitaban en sus métodos de trabajo; pero las instrucciones que les dio a ellos no habían de circular entre la compañía promiscua, porque estaban destinadas solamente a sus discípulos. TM 34.1

En repetidas oportunidades, cuando el Señor realizó milagros de sanidad, encargó a las personas a quienes había beneficiado que no contaran a nadie lo que había hecho. Ellas debían acatar su orden dándose cuenta de que Cristo no les pediría silencio por una razón baladí, sino que había un motivo que justificaba su orden, y de ninguna manera debían hacer caso omiso de su expreso deseo. Debía haber sido suficiente para ellos saber que él deseaba que guardaran el secreto y que tenía buenas razones para formular su pedido. El Señor sabía que al sanar a los enfermos, al obrar milagros para devolver la vista a los ciegos y para limpiar a los leprosos estaba poniendo en peligro su propia vida; pues como los sacerdotes y príncipes no quisieron reconocer las evidencias que él les diera de su divina misión, lo interpretarían erróneamente, falsearían sus motivos y harían acusaciones contra él. Es cierto que hizo muchos milagros en forma abierta, sin embargo, en algunos casos solicitó que aquellos a quienes había beneficiado no dijeran a nadie lo que había hecho por ellos. Cuando se levantó el prejuicio, cuando se acariciaron envidia y celos y se lo asechaba a cada paso, abandonó las ciudades, y fue en busca de aquellos que escucharían y apreciarían la verdad que vino a impartir. TM 35.1

El Señor Jesús consideró necesario aclarar a sus discípulos muchas cosas que no explicó a las multitudes. Les reveló claramente la razón del odio manifestado hacia él por los escribas, los fariseos y sacerdotes, y les habló de su sufrimiento, su traición y muerte; pero no explicó al mundo esos temas con tanta claridad. Tenía advertencias que dar a sus seguidores, y les reveló los dolorosos acontecimientos que vendrían para que estuvieran prevenidos. Dio a sus seguidores instrucciones preciosas que aun ellos no comprendieron hasta después de su muerte, resurrección y ascensión. Cuando el Espíritu Santo fue derramado sobre ellos, todas las cosas que él les había dicho fueron traídas a su recuerdo. TM 35.2

Una traición a la confianza

Constituyó una traición a una confianza sagrada el tomar aquello que Jesús se propuso que permaneciese en secreto, y publicarlo a los demás, trayendo vituperio y menoscabo sobre la causa de la verdad. El Señor ha dado a su pueblo mensajes oportunos de advertencia, reprensión, consejo e instrucción, pero no es apropiado sacar estos mensajes de su contexto para colocarlos donde parecerán dar fuerza a mensajes de error. En el folleto publicado por el Hno. S. y sus asociados, él acusa a la iglesia de Dios de ser Babilonia e insta a separarse de la iglesia. Esta obra no es ni honorable ni justa. Al compilar ese trabajo, han usado mi nombre y mis escritos para sostener lo que yo desapruebo y denuncio como error. Las personas a quienes este panfleto ha de alcanzar cargarán sobre mí la responsabilidad de esta falsa posición, cuando esto es completamente contrario a las enseñanzas de mis escritos y a la luz que Dios me ha dado. No vacilo en decir que aquellos que insisten en llevar adelante esta obra se hallan grandemente engañados. TM 36.1

Un mensaje falso

Durante años he dado mi testimonio en el sentido de que cuando se levantan personas que aseveran tener gran luz, y sin embargo, abogan por la demolición de lo que el Señor ha estado edificando por medio de sus agentes humanos, están muy engañados y no trabajan en cooperación con Cristo. Los que aseveran que las iglesias adventistas constituyen Babilonia, o parte alguna de Babilonia, deberían permanecer en casa. Deténganse y consideren cuál es el mensaje que debe ser proclamado en este tiempo. En lugar de trabajar con los agentes divinos para preparar un pueblo que pueda subsistir en el día del Señor, se han colocado al lado de aquel que es el acusador de los hermanos, quien los acusa día y noche delante de Dios. Agentes satánicos que proceden de abajo, han inspirado a los hombres a unirse en una confederación del mal, para complicar la situación del pueblo de Dios, persiguiéndolo y causándole grandes sufrimientos. El mundo entero será incitado a la enemistad contra los adventistas del séptimo día, porque ellos no rendirán pleitesía al papado, honrando el domingo, la institución de este poder anticristiano. Es el propósito de Satanás hacer que sean extirpados de la tierra, a fin de que nadie pueda impugnar su supremacía en el mundo. TM 36.2

Acusaciones de Satanás

Se presentó delante del profeta la escena de la acusación de Satanás. El dice: “Me mostró el sumo sacerdote Josué, el cual estaba delante del ángel de Jehová, y Satanás estaba a su mano derecha para acusarle”. Jesús es nuestro gran Sumo Sacerdote en los cielos. ¿Y qué está haciendo? Está efectuando una obra de intercesión y expiación en favor de sus hijos que creen en él. Por medio de la justicia imputada de Cristo, los miembros de su pueblo son aceptados por Dios como personas que confiesan ante el mundo que pertenecen a Dios guardando todos sus mandamientos. Satanás está lleno de maligno odio contra ellos, y manifiesta hacia ellos el mismo espíritu que manifestó hacia Jesús cuando estaba en la tierra. Cuando Cristo se hallaba ante Pilato, el gobernante romano trató de liberarlo, y deseó que el pueblo escogiera salvar a Jesús de la terrible prueba por la cual estaba por pasar. Presentó ante la multitud clamorosa al Hijo de Dios y al criminal Barrabás, e inquirió: “¿A quién queréis que os suelte: a Barrabás, o a Jesús, llamado el Cristo?” “Y ellos dijeron: A Barrabás. Pilato les dijo: ¿Qué, pues, haré de Jesús, llamado el Cristo? Todos le dijeron: ¡Sea crucificado!” TM 37.1

El mundo estaba agitado por la enemistad de Satanás, y cuando se les pidió que eligieran entre el Hijo de Dios y el criminal Barrabás, los judíos escogieron al maleante antes que a Jesús. Las ignorantes multitudes fueron inducidas, por los engañosos razonamientos de los que se hallaban en alta posición, a rechazar al Hijo de Dios, para escoger a un ladrón y homicida en su lugar. Recordemos todos que todavía estamos en un mundo donde Jesús, el Hijo de Dios, fue rechazado y crucificado, un mundo en el que todavía permanece la culpa de despreciar a Cristo y preferir a un ladrón antes que al Cordero inmaculado de Dios. A menos que individualmente nos arrepintamos ante Dios de la transgresión de su ley, y ejerzamos fe en nuestro Señor Jesucristo, a quien el mundo ha rechazado, estaremos bajo la plena condenación merecida por aquellos que eligieron a Barrabás en lugar de Jesús. El mundo entero está acusado hoy del rechazo y asesinato deliberados del Hijo de Dios. La Palabra guarda registro de que judíos y gentiles, reyes, gobernadores, ministros, sacerdotes y pueblo—todas las clases y sectas que revelan el mismo espíritu de envidia, odio, prejuicio e incredulidad manifestados por aquellos que entregaron a la muerte al Hijo de Dios—reeditarían la misma actuación si se les presentara la oportunidad que tuvieron los judíos y el pueblo del tiempo de Cristo. Serían participantes del mismo espíritu que exigió la muerte del Hijo de Dios. TM 38.1

En la escena en que se representa la obra de Cristo por nosotros, y la decidida acusación de Satanás contra nosotros, Josué aparece como el sumo sacerdote e interpone una demanda en favor del pueblo que guarda los mandamientos de Dios. Al mismo tiempo Satanás presenta al pueblo de Dios como compuesto de grandes pecadores, y hace aparecer ante el Señor la lista de los pecados que él los tentó a cometer durante su vida, y exige que debido a sus transgresiones sean entregados en sus manos para la destrucción. Exige que no sean protegidos por los ángeles ministradores contra la confederación del mal. Está lleno de odio porque no puede atar en manojos a los hijos de Dios con el mundo, a fin de que le rindan completa obediencia. Reyes, príncipes y gobernantes han colocado sobre sí mismos el rótulo del anticristo, y son representados por el dragón que va a hacer guerra contra los santos, los que guardan los mandamientos de Dios y tienen la fe de Jesús. En su enemistad contra el pueblo de Dios, se muestran culpables también de la elección de Barrabás en lugar de Cristo. TM 39.1

El mundo es llamado a cuentas

Dios tiene un pleito con el mundo. Cuando sesione el juicio y los libros se abran, él tendrá una terrible cuenta que arreglar, que ahora mismo haría que el mundo temiera y temblase si los hombres no estuvieran enceguecidos y hechizados por los engaños y las seducciones satánicas. Dios llama al mundo a cuentas por la muerte de su Hijo unigénito a quien virtualmente el mundo ha vuelto a crucificar, y ha entregado a la vergüenza pública al perseguir a su pueblo. El mundo ha rechazado a Cristo en la persona de sus santos, ha rehusado sus mensajes al rechazar los mensajes de los profetas, apóstoles y mensajeros. Ha rechazado a aquellos que han sido colaboradores con Cristo, y por esto tendrá que rendir cuentas. TM 39.2

Satanás está a la cabeza de todos los acusadores de los hermanos; pero cuando él presenta los pecados del pueblo de Dios, ¿qué contesta el Señor? Dice: “Jehová te reprenda, oh Satanás; Jehová que ha escogido a Jerusalén te reprenda. ¿No es éste un tizón arrebatado del incendio? Y Josué estaba vestido de vestiduras viles, y estaba delante del ángel”. Satanás ha presentado a los escogidos y leales hijos de Dios como llenos de contaminación y pecado. El podría describir específicamente los pecados de que habían sido culpables. ¿No había puesto él en marcha toda la confederación del mal para inducirlos, por sus artes seductoras, a esos mismos pecados? Pero ellos se habían arrepentido; habían aceptado la justicia de Cristo. Estaban, por lo tanto, ante Dios vestidos del manto de la justicia de Cristo; y “habló el ángel, y mandó a los que estaban delante de él, diciendo: Quitadle esas vestiduras viles. Y a él le dijo: Mira que he quitado de ti tu pecado, y te he hecho vestir de ropas de gala”. Todo pecado del cual habían sido culpados fue perdonado, y estaban en pie delante de Dios como elegidos y fieles, como inocentes, como perfectos, como si nunca hubieran pecado. TM 40.1

La palabra de aliento

“Después dijo: Pongan mitra limpia sobre su cabeza. Y pusieron [los ángeles de Dios] una mitra limpia sobre su cabeza, y le vistieron las ropas. Y el ángel de Jehová [Jesús, el Redentor de ellos] estaba en pie. Y el ángel de Jehová amonestó a Josué, diciendo: Así dice Jehová de los ejércitos: Si anduvieres por mis caminos, y si guardares mi ordenanza, también tú gobernarás mi casa, también guardarás mis atrios, y entre éstos que aquí están te daré lugar”. Quisiera que todos los que pretenden creer la verdad presente pensaran seriamente en las maravillas presentadas en este capítulo. Por débil y aquejado de flaquezas que sea el pueblo de Dios, los que se arrepienten de la deslealtad al Señor en esta generación mala y perversa, y vuelven a serle leales, estando firmes en la vindicación de la santa ley de Dios, reparando la brecha que fuera abierta por el hombre de pecado bajo la dirección de Satanás, serán contados como hijos de Dios, y por la justicia de Cristo aparecerán perfectos delante del Señor. La verdad no siempre yacerá en el polvo para ser pisoteada por los hombres. Será magnificada y hecha honorable; aun ha de erguirse para brillar en todo su prístino fulgor y permanecerá por los siglos de los siglos. TM 40.2

Las palabras de acusación no provienen de Dios

Dios tiene un pueblo en el cual todo el cielo está interesado, y dicho pueblo es el único objeto de esta tierra que sea precioso para el corazón de Dios. [veasé el Apéndice.] Que todos los que leen estas palabras les den atenta consideración, porque en el nombre de Jesús yo quisiera grabarlas en cada alma. Cuando se levanta alguien, de entre nosotros o de afuera, que siente la preocupación de proclamar un mensaje que declara que el pueblo de Dios se cuenta con Babilonia, y asevera que el fuerte pregón es un llamado a salir de ella, podéis saber que no proclama el mensaje de verdad. No le recibáis, ni le digáis “¡Bienvenido!”, porque Dios no habló por él, ni le dio mensaje alguno, sino que él corrió antes de ser enviado. El mensaje contenido en el folleto titulado El Fuerte Clamor es un engaño. Tales mensajes vendrán, y se pretenderá que han sido enviados por Dios, pero la pretensión será falsa; porque no están llenos de luz, sino de tinieblas. Habrá mensajes de acusación contra el pueblo de Dios, similares a la obra hecha por Satanás al acusar al pueblo de Dios, y estos mensajes estarán resonando en el mismo tiempo en que Dios esté diciéndole a su pueblo: “Levántate, resplandece; porque ha venido tu luz y la gloria de Jehová ha nacido sobre ti. Porque he aquí que tinieblas cubrirán la tierra, y oscuridad las naciones; mas sobre ti amanecerá Jehová, y sobre ti será vista su gloria”. TM 41.1

Una obra de engaño

Se hallará que los que llevan un mensaje falso no tendrán un alto sentido de honor e integridad. Engañarán al pueblo; mezclarán con su error los Testimonios de la Hna. White, y usarán su nombre para dar influencia a su obra. Seleccionan de los Testimonios los pasajes que ellos piensan poder torcer para sostener sus posiciones, y los colocan en un marco de falsedad, de manera que su error tenga peso y sea aceptado por el pueblo. Interpretan erróneamente y aplican mal lo que. Dios ha dado a la iglesia para amonestar, aconsejar, reprobar, consolar y animar a los que constituyen el pueblo remanente de Dios. Los que reciban los Testimonios como mensaje de Dios serán ayudados y bendecidos por ellos; pero aquellos que toman ciertas partes, simplemente para sostener alguna teoría o idea de su propia factura, para defender su conducta errónea, no serán bendecidos y beneficiados por lo que enseñen. El pretender que la Iglesia Adventista del Séptimo Día es Babilonia es tener la misma pretensión que Satanás, que es un acusador de los hermanos, que los acusa delante de Dios día y noche. Por este mal uso de los Testimonios las almas son confundidas, porque no pueden entender la relación de los Testimonios con una posición tal como la que asumen los que están en el error; pues Dios se propuso que los Testimonios estuviesen contenidos siempre en el marco de la verdad. TM 42.1

Los que defienden el error dirán: “Así ha dicho Jehová el Señor; y Jehová no había hablado”. Dan testimonio de la falsedad, no de la verdad. Si los que han estado proclamando el mensaje de que la iglesia es Babilonia, en vez de haber usado el dinero para publicar y difundir este error, lo hubieran gastado en edificar en lugar de destruir, habrían puesto en evidencia que eran el pueblo al cual Dios dirige. TM 43.1

Hay una gran obra que hacer en el mundo, una gran obra que debe ser realizada en los países extranjeros. Deben establecerse escuelas para que nuestros jóvenes, niños y personas de edad más madura sean educados tan rápidamente como sea posible, para que puedan ir al campo misionero. Se necesitan no solamente ministros para los campos extranjeros, sino obreros sabios y juiciosos de todas clases. Desde todas partes del mundo se oye el llamado macedónico: “Pasa... y ayúdanos”. Con toda la responsabilidad que descansa sobre nosotros de ir y predicar el Evangelio a toda criatura, hay gran necesidad de hombres y medios, y Satanás está trabajando en toda forma concebible para distraer los fondos y para impedir que los hombres se empeñen precisamente en la obra que deberían estar haciendo. El dinero que debiera usarse en realizar la buena obra de edificar casas de culto, de establecer escuelas para la educación de los obreros destinados al campo misionero, de adiestrar a jóvenes y señoritas de manera que puedan salir y trabajar con paciencia, con inteligencia y con toda perseverancia, para ser agentes por cuyo intermedio pueda prepararse un pueblo que permanezca en pie en el gran día de Dios, es desviado del cauce de la utilidad y la bendición al de la perversidad y la maldición. TM 43.2

El día grande de Dios está cercano y muy próximo, y hay una gran obra que realizar, la cual debe ser hecha con presteza. Pero hallamos que en medio de la obra que ha de hacerse, están los que profesan creer la verdad presente y que no saben cómo invertir los medios que les fueron confiados, quienes, por falta de mansedumbre y humildad de corazón, no ven cuán grande es la tarea que ha de hacerse. Todos los que aprendan de Jesús serán obreros juntamente con Dios. Pero los que salen a proclamar el error, gastando tiempo y dinero en una obra vana, arrojan cargas acrecentadas sobre los verdaderos obreros que trabajan en campos nuevos; pues en lugar de dedicar su tiempo en apoyo de la verdad, éstos se ven obligados a contrarrestar la obra de los que proclaman la falsedad y pretenden tener un mensaje del cielo. TM 43.3

Si los que han hecho esta clase de trabajo hubieran sentido la necesidad de contestar la oración que Cristo ofreció a su Padre inmediatamente antes de su crucifixión—de que los discípulos de Cristo fueran uno como él y el Padre son uno—, no estarían malgastando los medios que les son confiados y que tanto se necesitan para hacer progresar la verdad. No estarían malgastando tiempo y capacidad preciosos para diseminar el error, haciendo necesario que los obreros dediquen su tiempo para contrarrestar y anular su influencia. Una obra de este carácter es inspirada, no de arriba sino de abajo. TM 44.1

“¿Quién hay entre vosotros que teme a Jehová, y oye la voz de su siervo? El que anda en tinieblas y carece de luz, confíe en el nombre de Jehová, y apóyese en su Dios. He aquí que todos vosotros encendéis fuego, y os rodeáis de teas; andad a la luz de vuestro fuego, y de las teas que encendisteis. De mi mano os vendrá esto; en dolor seréis sepultados”. El mensaje que ha sido dado por aquellos que han proclamado que la iglesia es Babilonia, ha dejado la impresión de que Dios no tiene iglesia sobre la tierra. TM 44.2

Una iglesia viva

¿No tiene Dios una iglesia viva? El tiene una iglesia, pero es la iglesia militante, no la iglesia triunfante. Lamentamos que haya miembros defectuosos, que haya cizaña en medio del trigo. Jesús dijo: “El reino de los cielos es semejante a un hombre que sembró buena semilla en su campo; pero mientras dormían los hombres, vino su enemigo y sembró cizaña entre el trigo, y se fue... Vinieron entonces los siervos del padre de familia y le dijeron: Señor, ¿no sembraste buena semilla en tu campo? ¿De dónde, pues, tiene cizaña? El les dijo: Un enemigo ha hecho esto. Y los siervos le dijeron: ¿Quieres, pues, que vayamos y la arranquemos? El les dijo: No, no sea que al arrancar la cizaña, arranquéis también con ella el trigo. Dejad crecer juntamente lo uno y lo otro hasta la siega; y al tiempo de la siega yo diré a los segadores: Recoged primero la cizaña, y atadla en manojos para quemarla; pero recoged el trigo en mi granero”. TM 45.1

En la parábola del trigo y la cizaña vemos la razón por la cual la cizaña no había de ser arrancada: para que el trigo no fuese arrancado con ella. La opinión y el juicio humanos cometerían graves errores. Pero antes de que se cometa un error, y de que una sola brizna de trigo sea desarraigada, el Maestro dice: “Dejad crecer juntamente lo uno y lo otro hasta la siega”; entonces los ángeles recogerán la cizaña, que será destinada a la destrucción. Aun cuando en nuestras iglesias, que aseveran creer una verdad avanzada, existen personas defectuosas y erradas, como cizaña entre el trigo, Dios es compasivo y paciente. El reprende y amonesta a los que yerran, pero no destruye a los que son lerdos en aprender la lección que quiere enseñarles; no desarraiga la cizaña separándola del trigo. La cizaña y el trigo han de crecer juntos hasta la cosecha, cuando el trigo llega a su pleno crecimiento y desarrollo, y debido a las características que presenta cuando está maduro, será fácilmente distinguido de la cizaña. TM 45.2

La iglesia de Cristo en la tierra será imperfecta, pero Dios no destruye a su iglesia a causa de su imperfección. Ha habido y habrá personas llenas de celo no conforme a ciencia, que querrán purificar la iglesia y desarraigar la cizaña de en medio del trigo. Pero Cristo nos ha dado luz especial sobre la manera de tratar a los que yerran y a aquellos que en la iglesia no están convertidos. Ninguna resolución espasmódica, celosa y apresurada ha de ser tomada por los miembros de la iglesia para separar de la misma a los que ellos consideran defectuosos de carácter. La cizaña aparecerá en medio del trigo; pero haría más daño arrancarla (a menos que sea de la manera señalada por Dios), que dejarla. Mientras el Señor trae a la iglesia a aquellos que están verdaderamente convertidos, Satanás al mismo tiempo, trae a ella a personas que no están convertidas. Mientras Cristo siembra la buena simiente, Satanás siembra la cizaña. Hay dos influencias opositoras que se ejercen continuamente sobre los miembros de la iglesia. Una influencia trabaja para la purificación de la iglesia, y la otra para la corrupción del pueblo de Dios. TM 46.1

Judas tuvo oportunidades

Jesús sabía que Judas tenía defectos de carácter, pero a pesar de ello lo aceptó como uno de sus discípulos, y le dio las mismas oportunidades y privilegios que concedió a los otros a quienes había escogido. Judas quedó sin excusa en la mala conducta que siguió más tarde. Pudo haber llegado a ser un hacedor de la palabra, como lo fueron con el tiempo Pedro, Santiago, Juan y los otros discípulos. Jesús impartió preciosas lecciones de instrucción, de manera que los que estaban asociados con él pudieran convertirse, y no tuvieran necesidad de aferrarse a los defectos que echaban a perder sus caracteres. TM 46.2

La iglesia no es perfecta

Algunas personas parecen pensar que al entrar en la iglesia serán cumplidas sus expectativas, y hallarán solamente personas puras y perfectas. Son celosas en su fe, y cuando ven faltas en los miembros de la iglesia, dicen: “Nosotros abandonamos el mundo para no tener ninguna asociación con individuos malos, pero el mal se halla aquí también”; y preguntan, como los siervos de la parábola: “¿De dónde, pues, tiene cizaña?” Pero no necesitamos chasquearnos así, pues el Señor no nos autoriza a sacar la conclusión de que la iglesia es perfecta; y todo nuestro celo no nos permitirá tener éxito en lograr que la iglesia militante sea tan pura como la iglesia triunfante. El Señor nos prohíbe proceder de manera violenta contra aquellos que pensamos que yerran, y no hemos de dispensar excomuniones y denuncias contra los que tienen defectos. TM 47.1

El hombre finito está propenso a juzgar mal el carácter, pero Dios no confía la obra de juzgar y hacer pronunciamientos sobre el carácter a aquellos que no están capacitados para ello. Nosotros no hemos de decir qué constituye el trigo, y qué constituye la cizaña. El tiempo de la siega determinará plenamente el carácter de las dos clases especificadas bajo el símbolo de la cizaña y el trigo. La obra de separación es confiada a los ángeles de Dios; no es encomendada en las manos de hombre alguno. TM 47.2

Las falsas doctrinas constituyen una de las influencias satánicas que actúan en la iglesia, e introducen en ella a los que tienen el corazón inconverso. Los hombres no obedecen las palabras de Jesucristo, buscando la unidad de fe, espíritu y doctrina. No trabajan por la unidad del espíritu por la cual oró Jesús, la cual haría que el testimonio de los discípulos de Cristo fuera eficaz para convencer al mundo de que Dios ha enviado a su Hijo a esta tierra, “para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna”. Si la unidad por la cual Cristo oró existiera entre los hijos de Dios, éstos darían un testimonio viviente y reflejarían una luz clara que brillaría en medio de las tinieblas morales del mundo. TM 47.3

Se le permite a Satanás tentar

En lugar de la unidad que debe existir entre los creyentes, hay desunión, porque se le permite a Satanás que entre, y por medio de especiosos engaños y errores él induce a los que no están aprendiendo de Cristo a ser mansos y humildes de corazón a seguir una trayectoria diferente de aquella que sigue la iglesia, y quebrantar, si es posible, su unidad. Se levantan hombres que hablan cosas perversas para llevar discípulos tras sí. Pretenden que Dios les ha dado gran luz; pero, ¿cómo actúan ellos bajo su influencia? ¿Siguen la conducta que los dos discípulos siguieron en su camino a Emaús? Cuando ellos recibieron la luz, volvieron y encontraron a aquellos que Dios había guiado y a quienes todavía guiaba, y les contaron cómo habían visto a Jesús y habían hablado con él. TM 48.1

¿Han seguido esta conducta los hombres que pretendieron tener luz concerniente a la iglesia? ¿Han ido a quienes Dios ha escogido, para presentar un testimonio vivo, y les han dado evidencia de que esta luz los calificaría mejor para preparar a un pueblo para estar en pie en el gran día de Dios? ¿Han buscado el consejo de aquellos que han llevado y siguen llevando la verdad, y que están dando al mundo el último mensaje de amonestación? ¿Han tomado consejo con aquellos que han tenido una profunda experiencia en las cosas de Dios? ¿Por qué estos hombres, tan llenos de celo por la causa, no estaban presentes en el Congreso de la Asociación General realizado en Battle Creek, como lo estuvieron los hombres devotos en Jerusalén en ocasión del derramamiento del Espíritu Santo? En el gran centro de la obra, los hombres abrieron sus tesoros de luz; y mientras el Señor estaba derramando su Espíritu sobre el pueblo, ¿recibieron estos hombres la unción celestial? Mientras la influencia profunda del Espirítu de Dios se manifestaba en el pueblo y las almas se convertían, y los corazones duros se quebrantaban, había quienes escuchaban las sugestiones de Satanás y eran inspirados de celo de abajo para salir a proclamar que precisamente el pueblo que recibe el Espíritu Santo, que ha de recibir la lluvia tardía y la gloria que debe iluminar a toda la tierra, es Babilonia. ¿Les dio el Señor a estos mensajeros su mensaje? No, porque no era un mensaje de verdad. TM 48.2

La iglesia, la luz del mundo

Aunque existen males en la iglesia, y los habrá hasta el fin del mundo, la iglesia ha de ser en estos postreros días luz para un mundo que está contaminado y corrompido por el pecado. La iglesia, debilitada y deficiente, que necesita ser reprendida, amonestada y aconsejada, es el único objeto de esta tierra al cual Cristo concede su consideración suprema. El mundo es un taller en el cual, por la cooperación de los agentes humanos y divinos, Jesús está haciendo experimentos por su gracia y misericordia divina en los corazones humanos. Los ángeles se asombran al contemplar la transformación del carácter realizada en aquellos que se entregan a Dios, y expresan su gozo en cantos de arrobada alabanza a Dios y al Cordero. Ven a aquellos que son por naturaleza hijos de la ira, convertirse y llegar a ser colaboradores con Cristo para traer almas a Dios. Ven a aquellos que estaban en tinieblas transformarse en luces que resplandecen en medio de la noche moral de esta generación perversa. Los ven siendo preparados por una experiencia como la de Cristo para sufrir con su Señor y más tarde participar con él de su gloria en el cielo. TM 49.1

Dios tiene en la tierra una iglesia que está ensalzando la ley pisoteada y presentando al mundo el Cordero de Dios que quita los pecados del mundo. La iglesia es la depositaria de las riquezas de la gracia de Cristo, y por la iglesia se manifestará finalmente la revelación final y completa del amor de Dios al mundo que ha de quedar iluminado por su gloria. La oración de Cristo, de que su iglesia fuese una, como él y el Padre eran uno, quedará finalmente contestada. Será concedida una rica porción del Espíritu Santo, y por su constante provisión a los hijos de Dios, ellos llegarán a ser testigos del poder de Dios para salvar. TM 50.1

En el mundo existe solamente una iglesia que esté actualmente en la brecha, reparando el muro, reedificando las ruinas; y cualquier hombre que llame la atención del mundo y de las otras iglesias a esta iglesia, denunciándola como Babilonia, hace una obra en armonía con la del acusador de los hermanos. ¿Es posible que se levanten de entre nosotros hombres que hablen cosas perversas, que expresen los mismos sentimientos que Satanás quisiera ver diseminados en el mundo acerca de los que guardan los mandamientos de Dios y tienen la fe de Jesús? ¿No hay bastante trabajo que hacer para satisfacer vuestro celo en la obra de presentar la verdad a aquellos que están en las tinieblas del error? Como quienes han sido designados administradores de recursos y capacidades, habéis estado dando una aplicación errónea a los bienes de vuestro Señor al diseminar el error. El mundo entero está lleno de odio hacia los que proclaman que la ley de Dios está en vigencia, y la iglesia leal a Jehová debe sostener un conflicto no común. “Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes”. Los que en algún sentido se den cuenta de lo que significa esta guerra, no volverán sus armas contra la iglesia militante, sino que con todas sus facultades lucharán junto al pueblo de Dios contra la confederación del mal. TM 50.2

Los que se ponen a proclamar un mensaje bajo su propia responsabilidad individual; los que, al par que aseveran ser enseñados y conducidos por Dios, se dedican especialmente a derribar lo que Dios ha estado edificando durante años, no están haciendo la voluntad de Dios. Sépase que estos hombres están de parte del gran engañador. No los creáis. Se están aliando con los enemigos de Dios y la verdad. Se burlarán de la orden del ministerio como de un sistema de clericalismo. De los tales apartaos; no tengáis comunión con su mensaje, por mucho que citen los Testimonios y traten de atrincherarse detrás de ellos. No los recibáis, porque Dios no les ha encomendado que hagan esta obra. El resultado de una obra tal será la incredulidad en los Testimonios, y en lo posible anularán la obra que he estado haciendo durante años. TM 51.1

He dedicado casi toda mi vida a esta obra, pero con frecuencia mi carga ha sido agravada por hombres que se levantaban a proclamar un mensaje que Dios no les había dado. Esta clase de malos obreros ha elegido porciones de los Testimonios y los han puesto en el marco del error, con el fin de que sus falsos testimonios tuvieran influencia. Cuando queda de manifiesto que su mensaje es un error entonces los Testimonios puestos en compañía del error comparten la misma condenación; y la gente del mundo, que no sabe que los Testimonios citados son extractos de cartas particulares usadas sin consentimiento mío, presentan estos asuntos como evidencia de que mi obra no es de Dios, ni de la verdad, sino una mentira. Los que desacreditan así la obra de Dios tendrán que responder ante Dios de la obra que están haciendo. TM 51.2

Un ministerio divinamente señalado

Dios tiene una iglesia, y ésta tiene un ministerio designado divinamente. “Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros, a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo, hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo; para que ya no seamos niños fluctuantes, llevados por doquiera de todo viento de doctrina, por estratagema de hombres que para engañar emplean con astucia las artimañas del error, sino que siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todo en aquel que es la cabeza, esto es, Cristo”. TM 52.1

El Señor tiene sus agentes designados, y una iglesia que ha sobrevivido persecuciones, conflictos y tinieblas. Jesús amó a la iglesia y se dio a sí mismo por ella, y él la restaurará, refinará, ennoblecerá y elevará, para que subsista firmemente en medio de las influencias corruptoras de este mundo. Hombres designados por Dios han sido escogidos para velar con celoso cuidado y vigilante perseverancia, para que la iglesia no sea destruida por los malos designios de Satanás, sino que subsista en el mundo y fomente la gloria de Dios entre los hombres. Habrá siempre un fiero conflicto entre la iglesia y el mundo. Un espíritu chocará contra otro, un principio contra otro, la verdad contra el error; pero en la crisis que ya se ha iniciado y que pronto ha de culminar, los hombres de experiencia habrán de hacer la obra que Dios les ha asignado, y velar por las almas como quienes han de dar cuenta. TM 52.2

Los que llevan este mensaje de error, denunciando a la iglesia como Babilonia, descuidan la obra que Dios les ha designado, están en contra de la organización, y en contra del sencillo mandato de Dios, pronunciado por Malaquías, de traer todos los diezmos a la tesorería de la casa del Señor, e imaginan que ellos tienen una obra que hacer, a saber, amonestar a quienes Dios ha escogido para hacer progresar su mensaje de verdad. Estos obreros no están añadiendo eficiencia a la causa y al reino de Dios, sino que están empeñados en una obra similar a aquella en la cual se halla empeñado el enemigo de toda justicia. Que estos hombres, que se levantan contra los métodos y los medios ordenados por Dios para hacer progresar su obra en estos días de peligro, abandonen todas sus opiniones antibíblicas concernientes a la naturaleza, la función y el poder de los agentes designados por el Señor. TM 53.1

Entiendan todos las palabras que escribo ahora. Los que colaboran con Dios son sólo sus instrumentos, y no poseen en sí mismos gracia o santidad inherentes. Sólo cooperando con los seres celestiales es como tienen éxito. No son sino vasos terrenos, depositarios en quienes Dios pone los tesoros de su verdad. Pablo puede plantar y Apolos regar, pero es únicamente Dios quien da el crecimiento. TM 53.2

Dios habla por medio de los agentes que ha designado, y ningún hombre o confederación de hombres ha de insultar al Espíritu de Dios negándose a oír el mensaje de la palabra de Dios de los labios de sus mensajeros escogidos. Al negarse a oír el mensaje de Dios, los hombres se encierran en una cámara de tinieblas. Mantienen sus almas encerradas y alejadas de grandes bendiciones, y al manifestar falta de respeto por los agentes que Dios designó, privan a Cristo de la gloria que le corresponde. TM 54.1

Cuidaos de los falsos maestros

Dios no es autor de confusión, sino de paz. Pero Satanás es un enemigo vigilante que nunca duerme, que siempre obra sobre las mentes humanas, buscando un suelo en el cual pueda sembrar su cizaña. Si halla alguien a quien pueda alistar en su servicio, le sugerirá ideas y teorías falsas, y lo hará celoso en la defensa del error. La verdad no sólo convierte, sino que realiza la purificación de quien la recibe. Jesús nos aconseja que nos guardemos de los falsos maestros. Desde el comienzo de nuestra obra, se han levantado de vez en cuando hombres que defendían teorías nuevas y sorprendentes. Pero si los que aseveran creer la verdad acudiesen a quienes tienen experiencia y a la Palabra de Dios con un espíritu humilde y susceptible de ser enseñado, y examinasen sus teorías a la luz de la verdad, con la ayuda de los hermanos que han sido diligentes estudiantes de la Biblia, y al mismo tiempo dirigiesen súplicas a Dios, preguntando: ¿Es éste el camino del Señor, o es una senda falsa en la cual Satanás quiere guiarme?, recibirían luz, y escaparían de la red del cazador. TM 54.2

Desconfíen todos nuestros hermanos y hermanas de cualquiera que quisiera fijar una fecha en que el Señor ha de cumplir su palabra con respecto a su venida, o con respecto a cualquier otra promesa de significado especial que haya hecho. “No os toca a vosotros saber los tiempos o las sazones, que el Padre puso en su sola potestad”. Pueden los falsos maestros parecer muy celosos por la obra de Dios, y gastar recursos en presentar sus teorías al mundo y a la iglesia; pero como mezclan el error con la verdad, su mensaje es engañoso, y extraviará las almas por senderos falsos. Es necesario hacerles frente y oponérseles, no porque sean hombres malos, sino porque enseñan errores y procuran poner sobre la mentira el sello de la verdad. TM 55.1

Cuánta lástima inspira ver a ciertos hombres darse tanto trabajo para descubrir alguna teoría errónea, cuando hay un alfolí lleno de preciosas gemas de verdad que podrían enriquecer a todos en la santísima fe. En vez de enseñar la verdad, permiten que su imaginación se espacie en aquello que es nuevo y extraño, y se ponen en desacuerdo con aquellos a quienes Dios está usando para hacer subir a su pueblo a la plataforma de la verdad. Desechan todo lo que se ha dicho acerca de la unidad de sentimiento, y pisotean la oración de Cristo como si la unidad por la cual él oró no fuese esencial, y no hubiese necesidad de que sus discípulos sean uno como él es uno con el Padre. Escapan por la tangente, y como Jehú, invitan a sus hermanos a seguir su ejemplo de celo por el Señor. TM 55.2

Si su celo los indujese a trabajar en armonía con sus hermanos que han soportado el calor y la carga del día; si fuesen tan perseverantes para vencer los desalientos y los obstáculos como lo han sido sus hermanos, bien podría imitárseles y Dios los aceptaría. Mas han de ser condenados los hombres que salen a proclamar una luz maravillosa, y con todo se apartan de los agentes a quienes Dios está guiando. Así fue como obraron Coré, Datán y Abiram, y su acción nos es relatada como amonestación a todos. No debemos hacer como ellos hicieron al acusar y condenar a aquellos a quienes Dios impuso la carga de la obra. TM 55.3

Los que han proclamado que la Iglesia Adventista del Séptimo Día es Babilonia, han hecho uso de los Testimonios para dar a su posición un apoyo aparente; pero, ¿por qué no presentaron lo que durante años ha sido el corazón de mi mensaje la unidad de la iglesia? ¿Por qué no citaron las palabras del ángel: “Uníos, uníos, uníos”? ¿Por qué no repitieron la amonestación, ni declararon el principio de que “en la unión hay fuerza, en la división debilidad”? Son los mensajes semejantes a aquellos que han sido proclamados por estos hombres los que dividen a la iglesia y nos avergüenzan delante de los enemigos de la verdad, y en los tales mensajes se revela claramente la obra especiosa del gran engañador, que quisiera impedir a la iglesia alcanzar la perfección y unidad. Estos maestros siguen las teas que ellos mismos encendieron, obran de acuerdo con su propio juicio independiente y estorban la verdad con nociones y teorías falsas. Rechazan el consejo de sus hermanos y siguen su camino hasta que llegan a ser precisamente lo que Satanás desea que sean: desequilibrados mentales. TM 56.1

Amonesto a mis hermanos para que se pongan en guardia contra la obra de Satanás en cualquiera de sus formas. El gran adversario de Dios y del hombre se regocija hoy por haber tenido éxito en lo que respecta a engañar a las almas y distraer sus recursos y talentos para fines perjudiciales. Su dinero podría haberse dedicado a hacer progresar la verdad presente, pero en vez de ello, se ha gastado en presentar nociones que no tienen fundamento en la verdad. TM 56.2

Otro ejemplo

En 1845, un hombre llamado Curtis, [veasé el Apéndice.] hizo una obra similar en el estado de Massachusetts. Presentó una falsa doctrina, y entretejió en sus teorías declaraciones y párrafos de los Testimonios, y publicó sus teorías en Day Star, y en forma de hoja suelta. Durante varios años estas producciones han dado su fruto funesto, y han traído oprobio a los Testimonios que, en su totalidad, de ninguna manera sostenían su obra. Mi esposo le escribió y le preguntó qué pretendía al presentar los Testimonios entretejidos con sus propias palabras para sostener aquello a lo cual nos oponíamos, y le pidió que corrigiera la impresión que su obra había dado. El se negó terminantemente a hacerlo, diciendo que sus teorías eran verdad, y que las visiones debían haber corroborado sus puntos de vista, y que virtualmente los sostenían, pero que yo me había olvidado de escribir los asuntos que aclaraban sus teorías. TM 57.1

En todo momento, desde el comienzo de la obra, se han levantado, uno tras otro, individuos para hacer esta clase de trabajo, y yo he tenido dificultades y he debido incurrir en gastos para contradecir estas falsedades. Han publicado sus teorías, y han engañado a muchas almas, pero quiera Dios guardar las ovejas de su prado. TM 57.2

Yo ruego a los que aseveran creer la verdad, que anden en unidad con sus hermanos. No tratéis de dar al mundo ocasión de decir que somos extremistas, que estamos desunidos, que el uno enseña una cosa, y otro otra. Evitemos las disensiones. Cada uno esté en guardia, y procure ser hallado de pie en la brecha, tratando de repararla, en vez de hallarse frente al muro tratando de abrir un boquete. Tengan todos cuidado de no hacer declaraciones contra el único pueblo que está cumpliendo la descripción que se da del remanente que guarda los mandamientos de Dios, tiene la fe de Jesús, y exalta la norma de la justicia en estos postreros días. TM 57.3

Dios tiene un pueblo distinto, una iglesia en la tierra, que no es inferior a otro alguno, sino superior a todos en su capacidad de enseñar la verdad y vindicar la ley de Dios. Dios tiene agentes designados divinamente, hombres a quienes está guiando, que han soportado el calor y la carga del día, que están cooperando con los instrumentos celestiales en hacer progresar el reino de Dios en nuestro mundo. Unanse todos con estos agentes escogidos, y sean hallados al fin entre aquellos que tienen la paciencia de los santos, que guardan los mandamientos de Dios y tienen la fe de Jesús. TM 58.1

La carta

La siguiente es la carta enviada al Hno. S. [veasé el Apéndice.]:

“Napier, Nueva Zelandia,

23 de marzo de 1893

“Querido Hno. S.,

“Le dirijo unas pocas líneas. No estoy de acuerdo con la posición que usted ha tomado, porque el Señor me mostró que precisamente tales posiciones serían tomadas por aquellos que están en el error. Pablo nos ha dado una amonestación en este sentido: ‘Pero el Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios’. TM 58.2

“Hermano mío, he sabido que usted pretende que la Iglesia Adventista del Séptimo Día es Babilonia, y que todos los que quieran ser salvos deben salir de ella. Usted no es el único hombre a quien el diablo ha engañado en este asunto. Durante los últimos cuarenta años, un hombre tras otro se ha levantado, pretendiendo que el Señor lo había enviado con el mismo mensaje; permítame que le diga, como les he dicho a ellos, que este mensaje que usted está proclamando es uno de los engaños satánicos destinados a crear confusión entre las iglesias. TM 58.3

“Hermano mío, usted está con toda seguridad fuera de la huella. El mensaje del segundo ángel habría de ir a Babilonia (las iglesias) para proclamar su caída, y llamar al pueblo a salir de ella. Este mismo mensaje ha de ser proclamado la segunda vez. ‘Después de esto vi a otro ángel descender del cielo con gran poder; y la tierra fue alumbrada con su gloria. Y clamó con voz potente, diciendo: Ha caído, ha caído la gran Babilonia, y se ha hecho habitación de demonios y guarida de todo espíritu inmundo, y albergue de toda ave inmunda y aborrecible. Porque todas las naciones han bebido del vino del furor de su fornicación; y los reyes de la tierra han fornicado con ella, y los mercaderes de la tierra se han enriquecido de la potencia de sus deleites. Y oí otra voz del cielo, que decía: Salid de ella, pueblo mío, para que no seáis partícipes de sus pecados, ni recibáis parte de sus plagas; porque sus pecados han llegado hasta el cielo, y Dios se ha acordado de sus maldades’. TM 59.1

“Hermano mío, si usted está enseñando que la Iglesia Adventista del Séptimo Día es Babilonia, está equivocado. Dios no le ha dado ningún mensaje semejante que llevar. Satanás usará a toda mente a la cual logre acceso, inspirando a los hombres a originar falsas teorías o a apartarse por alguna tangente errónea, para poder crear una falsa excitación, y así distraer a las almas del verdadero tema para este tiempo. Presumo que algunos podrán ser engañados por su mensaje, porque están llenos de curiosidad y deseo de alguna cosa nueva. TM 59.2

“Ciertamente me entristece que usted se haya dejado engañar de alguna manera por las sugestiones del enemigo, porque yo sé que la teoría que usted está defendiendo no es la verdad. Al sembrar esas ideas usted está trayendo, y traerá, grave perjuicio sobre usted mismo y sobre los demás. No trate de interpretar mal, de torcer y pervertir los Testimonios para justificar cualquier mensaje de semejante error. Muchos han pisado este terreno, y han producido mucho daño. Cada vez que otros han comenzado, llenos de celo, a proclamar este mensaje, reiteradamente se me ha mostrado que no era la verdad. TM 59.3

“Entiendo que usted proclama también que no debemos devolver el diezmo. Hermano mío, quite ‘sus zapatos de sus pies’, porque el lugar donde usted está es tierra santa. El Señor ha hablado con respecto a la devolución de los diezmos. El ha dicho: ‘Traed todos los diezmos al alfolí y haya alimento en mi casa; y probadme ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, si no os abriré las ventanas de los cielos, y derramaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde’. Pero al paso que el Señor pronuncia una bendición sobre aquellos que traen sus diezmos, pronuncia una maldición sobre aquellos que los retienen. Muy recientemente se me ha dado luz directa de parte del Señor sobre este asunto, según la cual muchos adventistas del séptimo día estaban robando a Dios en los diezmos y las ofrendas, y se me reveló claramente que Malaquías ha planteado el caso tal como es en realidad. ¿Cómo, entonces, se atreve hombre alguno a pensar siquiera en su corazón que una sugerencia para retener los diezmos y las ofrendas viene del Señor? ¿En qué punto, hermano mío, se ha salido usted de la senda? ¡Oh, coloque nuevamente sus pies en la senda recta! TM 60.1

“Estamos cerca del fin, pero si usted o algún otro hombre es seducido por el enemigo e inducido a fijar la fecha de la venida de Cristo, estará haciendo la misma obra mala que ha producido la ruina de las almas de aquellos que la hicieron en lo pasado. TM 60.2

“Si usted lleva el yugo de Cristo, si soporta su carga, verá que hay mucho que hacer en armonía con los siervos de Dios en la obra de predicar a Cristo y a Cristo crucificado. Pero cualquiera que empiece a proclamar un mensaje para anunciar la hora, el día o el año de la aparición de Cristo, ha tomado sobre sí un yugo y está proclamando un mensaje que el Señor nunca le ha dado. TM 61.1

“Dios tiene una iglesia en la tierra, que es su pueblo escogido, que guarda sus mandamientos. El está conduciendo, no ramas extraviadas, no uno aquí y otro allá, sino un pueblo. La verdad es un poder santificador; pero la iglesia militante no es la iglesia triunfante. Hay cizaña entre el trigo. ‘¿Quieres, pues, que... la arranquemos?’, fue la pregunta del siervo; pero el señor contestó: ‘No, no sea que al arrancar la cizaña, arranquéis también con ella el trigo’. La red del Evangelio no prende sólo peces buenos, sino también malos, y solamente el Señor conoce los suyos. TM 61.2

“Es nuestro deber individual andar humildemente con Dios. No hemos de buscar cualquier mensaje nuevo y extraño. No hemos de pensar que los escogidos de Dios, que están tratando de andar en la luz, constituyen Babilonia. Las iglesias caídas son Babilonia. Babilonia ha estado fomentando doctrinas venenosas, el vino del error. Este vino del error se compone de falsas doctrinas, como la inmortalidad natural del alma, el tormento eterno de los impíos, la negación de la preexistencia de Cristo antes de su nacimiento en Belén, y la defensa y exaltación del primer día de la semana sobre el día santificado por Dios. Estos y otros errores afines son presentados al mundo por las varias iglesias, y así se cumplen las Escrituras que dicen: ‘Porque todas las naciones han bebido del vino del furor de su fornicación’. Es un furor producido por las falsas doctrinas, y cuando los reyes y presidentes beben de este vino del furor de su fornicación, son incitados a airarse contra aquellos que no quieran estar en armonía con las herejías falsas y satánicas que exaltan el falso día de reposo, e inducen a los hombres a pisotear el monumento conmemorativo de Dios. TM 61.3

“Los ángeles caídos que están sobre la tierra forman confederaciones con los hombres malos En esta época aparecerá el anticristo como si fuera el Cristo verdadero, y entonces la ley de Dios será completamente invalidada en las naciones de nuestro mundo. La rebelión contra la santa ley de Dios habrá llegado a su completa maduración. Pero el verdadero director de toda esta rebelión es Satanás vestido como un ángel de luz. Los hombres serán engañados y lo exaltarán al lugar de Dios, y lo deificarán. Pero la Omnipotencia se interpondrá contra las iglesias apóstatas que se unan para exaltar a Satanás y se pronunciará la sentencia: ‘Por lo cual en un solo día vendrán sus plagas; muerte, llanto y hambre, y será quemada con fuego; porque poderoso es Dios el Señor, que la juzga’”.* TM 62.1

El objeto de la predicación no es solamente transmitir información, no meramente convencer el intelecto. La predicación de la palabra debe dirigirse al intelecto, e impartir conocimiento, pero debe hacer más que esto. Las palabras del ministro deben alcanzar los corazones de los oyentes.—The Review and Herald, 22 de diciembre de 1904. TM 62.2