Mensajes para los Jóvenes

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Nuestra conversación

La religión de moda de la época ha amoldado de tal forma el carácter, que los jóvenes que profesan la religión de Cristo rara vez mencionan su nombre a sus compañeros. Conversan de muchos asuntos, pero no hacen del precioso plan de la redención un tema de conversación. Supongan que como cristianos prácticos cambiáramos este orden de cosas y mostráramos “las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable”.2 Si Cristo habita en el corazón por la fe, no pueden guardar silencio. Si han hallado a Jesús, serán verdaderos misioneros. Han de ser entusiastas en este asunto, y hacer saber a los que no aprecian a Jesús, que lo han hallado precioso para su ser, que él ha puesto en la boca de ustedes un cántico de alabanza a Dios. MJ 140.2

Jóvenes amigos, ¿quieren empezar su vida cristiana como quienes tienen en su corazón el calor del amor de Jesús? Nunca sabrán cuánto bien pueden hacer a los que no se consideran hijos de Dios, dirigiéndoles palabras tiernamente razonables y serias en cuanto a la salvación de su vida. Por otra parte, quizá nunca sepan, hasta el día del juicio, cuántas oportunidades de ser testigos de Cristo dejaron pasar sin aprovecharlas. Quizá nunca sepan en este mundo el daño que han hecho a alguna persona por medio de sus pequeños actos de frivolidad, la conversación vulgar, la liviandad, completamente inconsecuentes con la santa fe que profesan. MJ 140.3