Mensajes para los Jóvenes

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Se necesita una inclinación mayor hacia las cosas celestiales

Cuando hacemos de la Palabra de Dios nuestro consejero y escudriñamos las Escrituras para obtener luz, los ángeles del cielo se acercan para impresionar la mente y alumbrar el entendimiento de modo que pueda decirse con razón: “La explicación de tus Palabras ilumina, da inteligencia a los sencillos”.1 No es asombroso que no haya más inclinación hacia las cosas celestiales entre los jóvenes que profesan el cristianismo, cuando se presta tan poca atención a la Palabra de Dios. Se desatienden los consejos divinos, se desobedecen las amonestaciones, no se busca la gracia y sabiduría divinas para evitar pecados pasados y limpiar del carácter toda mancha de corrupción. David oró: “Hazme entender el camino de tus mandamientos, y meditaré en tus maravillas”.2 MJ 302.1

Si las mentes de los jóvenes, lo mismo que las de los de edad más madura, fueran acertadamente dirigidas en su trato social, su conversación giraría alrededor de temas elevados. Cuando la mente es pura y los pensamientos son elevados por la verdad de Dios, las palabras serán del mismo carácter, como “manzana de oro en marco de plata”.3 Pero con el entendimiento actual, con las prácticas actuales, con la baja norma que hasta los cristianos profesos se conforman con alcanzar, la conversación es vulgar y sin provecho. Es de la tierra, terrena, y no tiene el sabor de la verdad o del cielo, y no se eleva ni siquiera hasta la norma de la clase más culta de los mundanos. MJ 302.2