La Oración

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Capítulo 11—Oraciones respondidas

Si pedimos, Dios responde

La sabiduría mundana enseña que la oración no es de todo punto necesaria. Los hombres de ciencia declaran que no puede haber respuesta real a las oraciones; que esto equivaldría a una violación de las leyes naturales, a todo un milagro, y que los milagros no existen. Dicen que el universo está gobernado por leyes inmutables y que Dios mismo no hace nada contrario a esas leyes. De suerte que representan a Dios ligado por sus propias leyes; como si la operación de las leyes divinas excluyese la libertad divina. Tal enseñanza se opone al testimonio de las Sagradas Escrituras. ¿Acaso Cristo y sus apóstoles no hicieron milagros? El mismo Salvador compasivo vive en nuestros días, y está tan dispuesto a escuchar la oración de fe como cuando andaba en forma visible entre los hombres. Lo natural coopera con lo sobrenatural. Forma parte del plan de Dios concedernos, en respuesta a la oración hecha con fe, lo que no nos daría si no se lo pidiésemos así.—Seguridad y Paz en el Conflicto de los Siglos, 525. Or 119.1

Cuando tenga el privilegio de encontrarse con sus hermanos en la iglesia, hábleles de la necesidad de mantener abierto el canal de comunicación entre Dios y el alma. Dígales que si ellos encuentran corazón y voz para orar, Dios encontrará las respuestas a sus oraciones. Dígales que no descuiden sus deberes religiosos. Exhorte a los hermanos a que oren. Debemos buscar para encontrar, debemos pedir para recibir, debemos llamar para que las puertas se nos abran.—The Signs of the Times, 10 de febrero de 1890. Or 120.1

Jesús no nos llama a seguirle para después abandonarnos. Si entregamos nuestra vida a su servicio, nunca podremos hallarnos en una posición para la cual Dios no haya hecho provisión. Cualquiera que sea nuestra situación, tenemos un Guía para dirigirnos en el camino, cualesquiera que sean nuestras perplejidades, tenemos un Consejero seguro; cualquiera que sea nuestro pesar, aflicción, duelo o soledad, tenemos un Amigo que simpatiza con nosotros. Si, en nuestra ignorancia, damos pasos en falso, Cristo no nos desampara... “Todo lo que pidiereis en oración, creyendo, lo recibiréis”. Mateo 21:22.—Obreros Evangélicos, 277. Or 120.2