La Oración

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La oración sincera frustrará los esfuerzos más arduos de Satanás

El hombre es cautivo de Satanás, y está naturalmente inclinado a seguir sus sugestiones y cumplir sus órdenes. No tiene en sí mismo poder para poner resistencia eficaz al mal. Únicamente en la medida en que Cristo more en él por la fe viva, influyendo en sus deseos e impartiéndole fuerza de lo alto, puede el hombre atreverse a arrostrar a un enemigo tan terrible. Todo otro medio de defensa es completamente vano. Es únicamente por Cristo cómo es limitado el poder de Satanás. esta es una verdad portentosa que todos debieran entender. Satanás está ocupado en todo momento, yendo de aquí para allá en la tierra, buscando a quien devorar. Pero la ferviente oración de fe frustrará sus esfuerzos más arduos. Tomad, pues, hermanos, “el escudo de la fe, con que podáis apagar todos los dardos de fuego del maligno”. Efesios 6:16.—Testimonios para la Iglesia 5:274. Or 77.2

La oración de fe es la gran fortaleza del cristiano y ciertamente prevalecerá contra Satanás. Por eso él insinúa que no necesitamos orar. Él detesta el nombre de Jesús, nuestro Abogado; y cuando acudimos sinceramente a él en busca de ayuda, la hueste satánica se alarma. Cuando descuidamos la oración actuamos de acuerdo con su propósito, porque entonces sus maravillas mentirosas se reciben con más facilidad.—Testimonios para la Iglesia 1:267. Or 77.3