La Oración

58/387

Es necesario que oremos en toda circunstancia

En vuestros negocios, en las amistades que cultivéis durante vuestros ratos de ocio, y en los vínculos que duren toda la vida, iniciad todas vuestras relaciones tras seria y humilde oración. Así probaréis que honráis a Dios, y Dios os honrará. Orad cuando os sintáis desfallecer. Cuando estéis desalentados, permaneced mudos ante los hombres; no echéis sombra sobre la senda de los demás; mas decídselo todo a Jesús. Alzad vuestras manos en demanda de auxilio. En vuestra flaqueza, asíos de la fuerza infinita. Pedid humildad, sabiduría, valor y aumento de fe, para que veáis la luz de Dios y os regocijéis en su amor.—El Ministerio de Curación, 410, 411. Or 38.4