La Oración

366/387

Satanás se alegra cuando se ofrecen oraciones que no se entienden

Pronuncien sus palabras debidamente los que oran y los que hablan; háganlo en tono claro, distinto y firme. La oración, si se hace de una manera apropiada, es un poder para el bien. Es uno de los medios empleados por el Señor para comunicar al pueblo los preciosos tesoros de verdad. Pero muchas veces no es lo que debiera ser, por causa de las voces defectuosas de los que la elevan. Satanás se regocija cuando es casi imposible oír las oraciones ofrecidas a Dios. Or 324.3

Aprenda el pueblo de Dios a hablar y orar de una manera que represente apropiadamente las grandes verdades que poseemos. Sean claros y distintos los testimonios dados y las oraciones formuladas. Así será glorificado el Señor.—Obreros Evangélicos, 91. Or 325.1