La Oración

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Los ángeles escuchan nuestras oraciones y las llevan al cielo

Si los hombres tuviesen la visión del cielo, verían compañías de ángeles poderosos en fuerza estacionados en torno de los que han guardado la palabra de la paciencia de Cristo. Con ternura y simpatía, los ángeles han presenciado la angustia de ellos y han escuchado sus oraciones.—Seguridad y Paz en el Conflicto de los Siglos, 688, 689. Or 302.1

Una familia bien disciplinada que ame y obedezca a Dios tendrá una disposición gozosa y feliz. Cuando el padre regrese de su trabajo diario no llevará sus perplejidades al hogar. Comprenderá que el hogar y el círculo de la familia son demasiado sagrados para malograrlos con preocupaciones infelices. Cuando salió de su hogar no dejó atrás a su Salvador y su religión. Ambos fueron sus compañeros. La dulce influencia de su hogar, la bendición de su esposa y el amor de sus hijos, alivianan sus cargas de modo que regresa con paz en el corazón y con palabras de gozo y de ánimo para la esposa y los hijos, quienes lo esperan para darle gozosamente la bienvenida. Cuando se arrodilla con su familia en el altar de la oración, para ofrecer su agradecimiento a Dios por su cuidado protector derramado sobre él y sobre sus seres amados durante todo el día, los ángeles de Dios están en la habitación y llevan al cielo las fervorosas oraciones de los padres que temen a Dios, como un suave incienso, las cuales son contestadas por medio de nuevas bendiciones.—Mensajes Selectos 2:504. Or 302.2

Los ángeles escuchan las plegarias expresadas con fe y llevan las peticiones a Jesús, que está ministrando en el Santuario celestial para abogar en nuestro favor. La oración sincera se apodera de la omnipotencia que nos concede la victoria. Sobre las rodillas el cristiano obtiene la fortaleza para resistir la tentación.—Recibiréis Poder, 140. Or 302.3

Dios no abandona a sus hijos que se descarrían, que son débiles en la fe y que cometen muchas faltas. El Señor presta oídos y escucha sus oraciones y testimonios. Los que contemplan a Jesús día tras día y hora tras hora, que velan en oración, se están acercando a Jesús. Ángeles con las alas desplegadas esperan para llevar sus oraciones contritas a Dios y para registrarlas en los libros del cielo.—Comentario Bíblico Adventista 4:1205. Or 302.4