La Oración

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Jesús tomaba tiempo para la oración sin importar lo ocupado o cansado que estuviera

Cristo no prestó un servicio limitado. No midió su obra por horas. Dedicó su tiempo, su corazón, su alma y su fuerza a trabajar en beneficio de la humanidad. Pasó días de rudo trabajo y noches enteras pidiendo a Dios gracia y fuerza para realizar una obra mayor. Con clamores y lágrimas rogó al cielo que fortaleciese su naturaleza humana para hacer frente al astuto adversario en todas sus obras de decepción, y que lo sostuviese para el cumplimiento de su misión de enaltecer a la humanidad. A sus obreros les dice: “Ejemplo os he dado, para qué como yo os he hecho, vosotros también hagáis”. Juan 13:15.—El Ministerio de Curación, 400. Or 209.1