La Música

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1. El músico

1. Debe cultivar una vida de devoción, a la altura de un cristiano auténtico, basada en la práctica regular de la oración y la lectura de la Biblia.

2. Necesita expresar su encuentro personal con Cristo por medio de la música.

3. Debe, en consecuencia, tratar a la música como una oración o un sermón, preparándose espiritualmente para cada presentación.—El Evangelismo, 371, 372.

4. Debe representar correctamente los principios de la iglesia en su vida y reflejar el mensaje de la música que presenta, edita o compone.

5. Debe estar en armonía con los principios de la iglesia, viviendo los principios de la mayordomía cristiana y siendo miembro activo de una iglesia local.

6. Necesita desarrollar el arte, en todas sus actividades, como un ministerio. No resaltar su imagen personal, sino el mensaje que será transmitido.

7. Cuida su apariencia personal, para reflejar el patrón de modestia y decencia presentado por la Biblia.

8. Canta con entonación clara, pronunciación correcta y articulación distinta.—Obreros Evangélicos, 370.

9. Evita todo lo que pueda apartar la atención del mensaje de la música, como gesticulación excesiva y extravagante, y orgullo en la presentación.—El Evangelismo, 365.

10. Evita la amplificación exagerada, tanto vocal como instrumental, en sus presentaciones.

11. Evita el uso de tonos estridentes, distorsiones vocales o instrumentales, así como también el estilo de los cantantes populares.

12. Respeta el ambiente de la iglesia y las horas del sábado al vender sus materiales.

13. Debe recibir orientación y apoyo espiritual por parte del liderazgo del Ministerio de la Música, los líderes de la iglesia y el pastor local.