La Maravillosa Gracia de Dios

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Ayudarnos a terminar la obra, 30 de abril

El sacará la primera piedra con aclamaciones de: Gracia, gracia a ella. Zacarías 4:7. MGD 128.1

El poder humano no estableció la obra de Dios, ni puede destruirla. Dios concederá la dirección constante y la custodia de sus santos ángeles a aquellos que llevan su obra adelante frente a dificultades y oposición. Nunca cesará su obra en la tierra. La edificación de su templo espiritual irá adelante, hasta que esté completo, y la piedra angular será colocada con clamores: “Gracia, gracia a ella”.—Joyas de los Testimonios 3:170. MGD 128.2

Cristo dio a la iglesia un encargo sagrado. Cada miembro debe ser un medio por el cual Dios pueda comunicar al mundo los tesoros de su gracia, las inescrutables riquezas de Cristo. No hay nada que el Salvador desee tanto como tener agentes que quieran representar al mundo su Espíritu y su carácter. No hay nada que el mundo necesite tanto como la manifestación del amor del Salvador por medio de seres humanos... MGD 128.3

La iglesia es la agencia de Dios para la proclamación de la verdad, facultada por él para hacer una obra especial; y si le es leal y obediente a todos sus mandamientos, habitará en ella la excelencia de la gracia divina. Si manifiesta verdadera fidelidad, si honra al Señor Dios de Israel, no habrá poder capaz de resistirle.—Los Hechos de los Apóstoles, 479, 480. MGD 128.4

Por la plenitud de su potencia, Jesús desea corroborar de tal modo a su pueblo que por su medio el mundo entero quede rodeado de una atmósfera de gracia. Cuando su pueblo se someta de todo corazón a Dios, dicho plan quedará realizado... Cristo habitará en el hombre y el hombre morará en Cristo. En todos los trabajos se manifestará el carácter del Dios infinito y no del hombre... MGD 128.5

El carácter formado por la potencia divina recibirá la luz y gloria del cielo y será delante del mundo un testimonio que dirigirá las miradas de los hombres hacia el trono del Dios vivo. Entonces la obra progresará con fuerza redoblada y se volverá cada vez más estable.—Joyas de los Testimonios 3:149, 150. MGD 128.6