La Maravillosa Gracia de Dios

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El banquete de su palabra, 22 de octubre

Y ahora, hermanos, os encomiendo a Dios, y a la palabra de su gracia, la cual es poderosa para sobreedificaros y daros herencia con todos los santificados. Hechos 20:32. MGD 303.1

La ciencia más importante y más esencial es el conocimiento de Dios y su Palabra... Nuestra comprensión de lo espiritual debería crecer día tras día; y el cristiano crecerá en gracia justamente en la misma proporción en que dependa de la enseñanza de la Palabra de Dios, y la aprecie, y se habitúe a meditar en las cosas divinas.—The Review and Herald, 17 de abril de 1888. MGD 303.2

Al darnos el privilegio de estudiar su Palabra, el Señor ha puesto delante de nosotros un rico banquete. Muchos son los beneficios que derivan del alimentarse de su Palabra, que él representa como su carne y su sangre, como su espíritu y su vida. Al comer su Palabra, aumenta nuestra fuerza espiritual, crecemos en la gracia y el conocimiento de la verdad. Se forman y fortalecen hábitos de dominio propio. Las flaquezas de la infancia—inquietud, caprichos, egoísmo, palabras apresuradas, actos apasionados—, desaparecen, y en su lugar se desarrollan las gracias de la virilidad y la femineidad cristianas.—Consejos para los Maestros Padres y Alumnos acerca de la Educación Cristiana, 160. MGD 303.3

El Señor, en su gran misericordia, nos ha revelado en las Escrituras las reglas del santo vivir... MGD 303.4

El ha inspirado a hombres santos para que registrasen, para nuestro beneficio, las instrucciones concernientes a los peligros que obstruyen el camino y la forma de escapar de ellos. Los que obedecen su mandato de escudriñar las Escrituras, no ignorarán estas cosas. En medio de los peligros de los últimos días, cada miembro de la iglesia debería comprender las razones de su esperanza y fe, razones que no son difíciles de comprender. Si queremos crecer en la gracia y en el conocimiento de nuestro Señor Jesucristo, hay suficiente material para ocupar la mente.—Mensajes para los Jóvenes, 280. MGD 303.5

Cuandoquiera que los hijos de Dios crezcan en la gracia, obtendrán cada vez más clara comprensión de su Palabra. Y discernirán nueva luz y belleza en sus verdades sagradas. Esto ha venido sucediendo en la historia de la iglesia en todas las edades, y así seguirá siendo hasta el fin.—Obreros Evangélicos, 312. MGD 303.6