La Maravillosa Gracia de Dios

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Un guía personal, 12 de julio

Entonces tus oídos oirán a tus espaldas palabra que diga: Este es el camino, andad por él; y no echéis a la mano derecha, ni tampoco torzáis a la mano izquierda. Isaías 30:21. MGD 201.1

No tengo mayor deseo que el de ver a nuestra juventud imbuida de ese espíritu de religión pura que los inducirá a tomar la cruz y seguir a Cristo. Adelante, jóvenes discípulos de Cristo, controlados por principios, revestidos de atavíos de pureza y justicia. Vuestro Salvador os conducirá al puesto que esté más de acuerdo con vuestros talentos y donde podáis ser más útiles.—Testimonies for the Church 5:87. MGD 201.2

“Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada”. Santiago 1:5. Esta promesa es de más valor que el oro o la plata. Si con humildad de corazón buscáis la dirección divina en cada dificultad y perplejidad, su palabra está empeñada en el sentido de que se os dará una respuesta llena de gracia. Y su palabra nunca puede fallar.—Ibid. 427. MGD 201.3

Al acercarnos al fin del tiempo, la falsedad estará tan mezclada con la verdad, que sólo aquellos que son guiados por el Espíritu Santo podrán distinguir la verdad del error. Necesitamos hacer toda clase de esfuerzos para seguir el camino del Señor. No debemos apartarnos de ningún modo de su conducción para poner nuestra confianza en el hombre. Los ángeles del Señor han recibido la orden de mantener estricta vigilancia sobre aquellos que ponen su fe en el Señor, y estos ángeles serán nuestro auxilio especial en todo tiempo de necesidad. Cada día hemos de venir al Señor con plena certidumbre de fe, y buscar de él sabiduría... Los que sean guiados por la Palabra de Dios distinguirán con certeza la diferencia que hay entre la falsedad y la verdad, y entre el pecado y la justicia.—The S.D.A. Bible Commentary 7:907. MGD 201.4

“Emanuel, Dios con nosotros”. Esto lo es todo para nosotros. ¡Qué ancho fundamento coloca para nuestra fe! ¡Qué esperanza llena de inmortalidad pone ante el alma creyente! ¡Dios con nosotros en Cristo Jesús para acompañarnos en cada etapa del viaje al cielo!—Hijos e Hijas de Dios, 297. MGD 201.5