La Maravillosa Gracia de Dios

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El papel del bautismo, 15 de mayo

Somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva. Romanos 6:4. MGD 143.1

Cristo hizo del bautismo la entrada en su reino espiritual. Hizo de él una condición positiva a la cual deben amoldarse todos los que quieran ser reconocidos como sometidos a la autoridad del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Los que participan de la ceremonia bautismal, declaran públicamente de ese modo que han renunciado al mundo, y se han convertido en miembros de la familia real, hijos del Rey celestial... MGD 143.2

Cristo ordena a los que participan de este rito que recuerden que están obligados por un pacto solemne a vivir para el Señor. Deben usar para él todas las facultades que se les han confiado, sin perder jamás la idea de que llevan la señal de Dios de obediencia al día de reposo del cuarto mandamiento, que son súbditos del reino de Cristo, participantes de la naturaleza divina. Deben someter a Dios todo lo que tienen y todo lo que son, empleando todos sus dones para la gloria de Dios. MGD 143.3

Los que son bautizados en el triple nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, en el mismo portal de su vida cristiana, declaran públicamente que han aceptado la invitación: “Salid de en medio de ellos, y apartaos, dice el Señor, y no toquéis lo inmundo; y yo os recibiré, y seré para vosotros por Padre, y vosotros me seréis hijos e hijas, dice el Señor Todopoderoso”. “Así que, amados, puesto que tenemos tales promesas, limpiémonos de toda contaminación de carne y de espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios”. 2 Corintios 6:17, 18; 7:1... MGD 143.4

Los que reciben la impronta de Dios por el bautismo presten atención a estas palabras, recordando que Dios ha puesto su firma sobre ellos declarando que son sus hijos y sus hijas. El Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, poderes infinitos y omnisapientes, reciben a los que entran verdaderamente en una relación de pacto con Dios. Están presentes en cada bautismo.—The S.D.A. Bible Commentary 6:1075. MGD 143.5