El Evangelismo

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Frente al prejuicio y la oposición*

La oposición—Los que introducen la levadura de la verdad en la masa de las teorías y las doctrinas falsas, deben esperar oposición. Satanás disparará sus baterías contra los que defienden la verdad, y los portaestandartes deben esperar encontrar muchos desprecios e injurias que son difíciles de sobrellevar.—The Review and Herald, 14 de octubre de 1902. Ev 222.2

La reforma crea oposición—Jesús y sus discípulos estaban rodeados de envidia, orgullo, prejuicio, incredulidad y odio. Los hombres estaban llenos de falsas doctrinas, y nada sino el esfuerzo unido y perseverante podía producir alguna medida de éxito; pero la gran obra de salvar almas no podía hacerse a un lado porque hubiera dificultades que vencer. Está escrito, acerca del proceder del Hijo de Dios, que “no se cansará, ni desmayará”. Ev 222.3

Hay una gran obra ante nosotros. La obra que empeña el interés y la actividad del cielo ha sido confiada a la iglesia de Cristo. Jesús dijo: “Id por todo el mundo; predicad el Evangelio a toda criatura”. La obra que debemos realizar en nuestros días encuentra las mismas dificultades a las cuales Jesús hubo de hacer frente, las mismas que los reformadores de todos los tiempos han tenido que vencer; y debemos colocar nuestra voluntad del lado de Cristo, y avanzar con firme confianza en Dios.—The Review and Herald, 13 de marzo de 1888. Ev 222.4

El prejuicio rechaza la luz—Existe en el corazón del hombre algo que se opone a la verdad y a la justicia... El milagroso poder de Cristo dio evidencia de que él era el Hijo de Dios. En las ciudades de Judá se presentó una evidencia agobiadora de la divinidad y la misión de Cristo... Pero es difícil hacer frente al prejuicio, y le fue difícil aun a Aquel que era la luz y la verdad, y el prejuicio que llenaba los corazones de los judíos no les permitía aceptar la evidencia dada. Desdeñosamente rechazaron las pretensiones de Cristo.—Manuscrito 104, 1898. Ev 222.5

La mejor manera es mantenerse en la afirmativa—A menudo, cuando procuráis presentar la verdad, se despierta oposición; pero si tratáis de hacer frente a la oposición con argumentos, únicamente la multiplicaréis, y no podéis permitiros hacer tal cosa. Manteneos en la afirmativa. Los ángeles de Dios están observándoos, y ellos saben cómo impresionar a aquellos cuya oposición os rehusáis a contestar con argumentos. No os espaciéis en los puntos negativos de los asuntos que surgen, antes bien, reunid en vuestra mente verdades afirmativas, y fijadlas allí por medio de intenso estudio, ferviente oración y sincera consagración. Mantened vuestras lámparas aderezadas y ardiendo, y permitid que los brillantes rayos resplandezcan para que los hombres, contemplando vuestras buenas obras, sean inducidos a glorificar a vuestro Padre que está en los cielos. Ev 223.1

Si Cristo no se hubiera mantenido en la afirmativa en el desierto de la tentación, habría perdido todo lo que deseaba ganar. El método de Cristo es el mejor para hacer frente a vuestros oponentes. Fortalecemos sus argumentos cuando repetimos lo que ellos dicen. Manteneos en la afirmativa. Puede ser que el mismo hombre que se os está oponiendo llevará vuestras palabras a su hogar, y será convertido a la sensible verdad que ha llegado a su comprensión. Ev 223.2

A menudo he dicho a nuestros hermanos: Vuestros oponentes harán declaraciones, acerca de vuestro trabajo, que son falsas. No repitáis sus declaraciones, antes bien mantened vuestras afirmaciones respecto de la verdad viviente; y los ángeles de Dios abrirán el camino delante de vosotros. Tenemos una gran obra que llevar adelante, y debemos hacerla avanzar de una manera razonable. Nunca nos excitemos ni permitamos que surjan malos sentimientos. Cristo no lo hizo, y él es nuestro ejemplo en todas las cosas. Pues la obra que se nos ha dado para hacer necesita mucho más de la sabiduría celestial, santificada y humilde, y mucho menos del yo. Necesitamos aferrarnos firmemente del poder divino.—Testimonies for the Church 9:147, 148 (1909). Ev 223.3

Cuidad las palabras al tratar con la oposición—Cuando tratáis con la oposición, corréis el riesgo de tomar represalias contestando con acritud, si no sois constantemente enternecidos y subyugados por la contemplación de Cristo, y si no oráis: “Sé tú mi modelo”. La contemplación constante de Jesús, la aprehensión de su Espíritu, habilitará para presentar la verdad tal como es en Jesús... Ev 223.4

El amor debe ser el elemento predominante en nuestro trabajo. Cada orador, cuando habla a personas que no tienen las mismas creencias que nosotros, debe guardarse de realizar declaraciones que puedan parecer severas o que puedan ser consideradas como un juicio. Presentad la verdad, y dejad que la verdad, el Espíritu Santo de Dios, actúe como un censor, como un juez; pero que vuestras palabras no mortifiquen ni hieran el alma... Ev 223.5

No pronunciéis ninguna palabra irritante. Guardad para vosotros mismos todos los discursos incisivos que pensáis presentar. Sed leales como el acero a los principios, sed sabios como la serpiente, pero inofensivos como la paloma. Si no queréis que vuestras palabras hieran a otros debéis hablar solamente las palabras que estáis seguros que no serán duras, frías ni severas... De toda la gente del mundo los reformadores deberían ser los más abnegados, los más bondadosos y los más corteses, y deberían aprender los métodos, las palabras y las obras de Cristo.—Carta 11, 1894. Ev 224.1

El espíritu de controversia—No tengáis un espíritu de controversia. Los discursos denunciatorios hacen muy poco bien. El método más seguro para destruir las falsas doctrinas consiste en predicar la verdad. Mantened una actitud positiva. Dejad que las preciosas verdades del Evangelio maten la fuerza del mal. Manifestad un espíritu tierno y misericordioso hacia los que yerran. Acercaos a los corazones.—Carta 190, 1902. Ev 224.2

El sarcasmo es ofensivo—Cuando en vuestros discursos denunciáis con amargo sarcasmo lo que queréis condenar, a veces ofendéis a vuestros oyentes, y sus oídos son desviados para no oiros más. Evitad cuidadosamente en el discurso toda severidad que pueda ofender a aquellos a quienes deseáis salvar del error; porque será difícil vencer los sentimientos de antagonismo así despertados... Ev 224.3

Si erradicáis las cizañas de vuestros discursos, vuestra influencia para el bien será aumentada.—Carta 366, 1906. Ev 224.4

No hay que invitar la persecución—Todos recuerden que en ningún caso debemos invitar la persecución. No debemos emplear palabras ásperas ni cortantes. Dejadlas afuera de los artículos que se escriben, suprimidlas de los discursos que se dan. Sea la Palabra de Dios la que corte y la que reprenda; ocúltense los hombres finitos en Cristo y moren con él. Dejad que permanezca el Espíritu de Cristo. Sean todos cuidadosos en sus palabras para no lanzar en una obsecada oposición sobre nosotros a los que no tienen nuestra fe, y para no dar a Satanás la oportunidad de emplear las palabras impremeditadas para bloquear nuestro camino... Ev 224.5

Todos necesitamos más del profundo amor de Jesús en el alma, y menos de la vehemencia natural. Corremos el riesgo de cerrar nuestro propio camino al suscitar un decidido espíritu de oposición en los hombres que ocupan cargos de autoridad, antes de que la gente haya sido iluminada con respecto al mensaje que Dios desea que presentemos. Dios no siente agrado cuando por nuestra culpa bloqueamos el camino c impedimos que la verdad llegue hasta la gente.—Manuscrito 95, 1894. Ev 224.6

La oposición da publicidad a la verdad—Satanás es fructífero en producir medios para evadir la verdad. Pero os pido que creáis las palabras que os hablo hoy. La verdad de origen celestial está enfrentando las falsedades de Satanás, y esta verdad prevalecerá... La oposición y la resistencia tan solamente servirán para destacar la verdad con líneas nuevas y precisas. Cuanto más se hable contra la verdad, tanto más brillantemente refulgirá. Así se refina el oro precioso. Cada palabra de calumnia hablada contra ella, cada falsa presentación de su valor, despierta la atención, y es el medio que induce a la gente a una investigación más profunda acerca de qué es la verdad salvadora. La verdad llega a ser más altamente estimada. Se revelan una nueva belleza y un mayor valor desde todo punto de vista.—Manuscrito 8a, 1888. Ev 225.1

Tratad a los opositores con respeto—Debemos esperar encontrarnos con incredulidad y oposición. La verdad siempre ha tenido que contender con estos elementos. Pero aun cuando debáis hacer frente a la más acerba oposición, no denunciéis a vuestros opositores. Ellos pueden pensar, como lo hizo Pablo, que le están haciendo a Dios un servicio; y con los tales debemos manifestar paciencia, humildad y longanimidad... Ev 225.2

El Señor desea que su pueblo siga otros métodos que los de condenar el error, aun cuando la condenación sea justa. El desea que nosotros hagamos algo más que lanzar contra nuestros adversarios cargos que únicamente los desvíen más de la verdad. La obra que Cristo vino a hacer en nuestro mundo no fue la de erigir barreras, y enrostrar constantemente a la gente el hecho de que ellos estaban equivocados. El que espera iluminar a personas engañadas debe acercarse a ellas y trabajar por ellas con amor. Debe llegar a ser un centro de santa influencia. Ev 225.3

En la defensa de la verdad, los más amargos opositores deben ser tratados con respeto y deferencia. Algunos no responderán a nuestros esfuerzos, mas se burlarán de la invitación evangélica. Otros, aun aquellos que suponemos han traspasado los límites de la misericordia divina, serán ganados para Cristo. La última obra en el conflicto debe ser la iluminación de los que no han rechazado la luz y la evidencia, sino que han estado en las tinieblas de la medianoche y han trabajado ignorantemente en contra de la verdad. Por lo tanto, tratad a todo hombre como honrado. No habléis ninguna palabra, ni hagáis nada que pueda confirmar a alguno en su incredulidad.—Testimonies for the Church 6:120-122 (1900). Ev 225.4

Ayuda en cada emergencia—Cada maestro de la verdad y cada obrero que trabaja con Dios experimentarán severos momentos de prueba, cuando la fe y la paciencia serán probadas. Debéis estar preparados por la gracia de Cristo para seguir adelante, aunque evidentes imposibilidades obstruyan el camino. En cada emergencia contáis con una ayuda instantánea. El Señor permite que encontréis obstáculos para que os volváis a él, quien constituye vuestra fuerza y suficiencia. Orad fervorosamente pidiendo la sabiduría que procede de Dios; y entonces él os abrirá el camino y os concederá preciosas victorias si andáis delante de él con humildad.—Special Testimonies, Series A 7:18 (1874). Ev 226.1