El Evangelismo

59/169

La doctrina del estado de los muertos

Demorad la presentación de los rasgos que causen objeción—Debe usarse de mucha sabiduría en la presentación de una verdad que se halla directamente en oposición con las opiniones y prácticas de la gente. El apóstol Pablo acostumbraba presentar las profecías cuando se encontraba con los judíos, para llevarlos paso a paso, y entonces, después de algún tiempo, traer a colación el tema de Cristo como el verdadero Mesías. Ev 182.4

Se me ha mostrado que nuestros pastores pasan demasiado rápidamente a través de sus temas y presentan los rasgos que despiertan objeciones contra nuestra fe en forma muy prematura en sus esfuerzos. Existen verdades que no comportarán una cruz tan grande, a las cuales se les debe llamar la atención día tras día, aun durante semanas, antes que se presenten el sábado y la inmortalidad. Entonces ganaréis la confianza de la gente como personas que tienen argumentos claros y fuertes, y vuestros oyentes pensarán que entendéis las Escrituras. Luego que se obtenga la confianza de la gente, habrá tiempo suficiente para introducir en público el asunto del sábado y la inmortalidad. Ev 182.5

Pero los hombres que no son sabios, avanzan en estos asuntos demasiado rápidamente, y así cierran los oídos de la gente, cuando con un cuidado mayor, y con. más fe, aptitud y sabiduría, podrían haberlos conducido paso a paso, a través de los importantes acontecimientos de las profecías, y espaciándose en asuntos prácticos relativos a las enseñanzas de Cristo.—Carta 48, 1886. Ev 183.1

Uno de los grandes engaños—Ahora se está introduciendo toda clase de engaños. Las verdades más claras de la Palabra de Dios están siendo cubiertas por una masa de teorías de hechura humana. Errores mortales se están presentando como la verdad que todos debemos aceptar. La sencillez de la verdadera piedad ha sido sepultada bajo la tradición. Ev 183.2

La doctrina de la inmortalidad del alma es un error con el que el enemigo está engañando a los hombres. Este error es casi universal... Ev 183.3

Esta es una de las mentiras forjadas en la sinagoga del enemigo, y es una de las corrientes envenenadas de Babilonia. Ev 183.4

“Porque todas las naciones han bebido del vino del furor de su fornicación; y los reyes de la tierra han fornicado con ella, y los mercaderes de la tierra se han enriquecido de la potencia de sus deleites. Y oí otra voz del cielo, que decía: Salid de ella, pueblo mío, para que no seáis partícipes de sus pecados, ni recibáis parte de sus plagas”. Apocalipsis 18:3, 4.—The Review and Herald, 16 de marzo de 1897. Ev 183.5

Destacad la vida por medio de Jesús—El problema de la no inmortalidad del alma también necesita ser tratado con gran cuidado, para que al introducir el tema no se despierte una profunda y excitante controversia que cierre la puerta a la futura investigación de la verdad. Ev 183.6

Se requiere gran sabiduría al tratar con las mentes humanas, aun en la tarea de dar razón de la esperanza que hay en nosotros. ¿Cuál es la esperanza de la cual hemos de dar razón? La esperanza de la vida eterna por medio de Jesucristo... Os espaciáis demasiado en ideas y doctrinas especiales, y el corazón del incrédulo no es enternecido. Tratar de impresionarlo es como golpear hierro frío... Ev 183.7

Constantemente necesitamos sabiduría para conocer cuándo hablar y cuándo guardar silencio. Pero siempre estamos perfectamente seguros al hablar de la esperanza de la vida eterna. Y cuando el corazón está completamente ablandado y subyugado por el amor de Jesús, se hará la pregunta: “Señor, ¿qué es menester que yo haga para ser salvo?”—Carta 12, 1890. Ev 183.8

Se requiere sabiduría para la presentación de las verdades decisivas—En los campos no probados nuestro crecimiento ha sido generalmente lento a causa del sábado. Allí se levanta una aguda cruz directamente en el camino de toda alma que acepta la verdad. Ev 184.1

Hay otras verdades, tales como la no inmortalidad del alma y la venida personal de Cristo en las nubes del cielo a nuestra tierra en breve tiempo. Pero éstas no despiertan tantas objeciones como la del sábado. Algunos aceptarán concienzudamente la verdad por la verdad misma, porque es verdad bíblica, y aman el camino de la obediencia a todos los mandamientos de Dios. Estos rasgos de nuestra fe que suscitan objeciones obstaculizarán el camino para muchas almas que no desean ser personas raras, distintas y separadas del mundo. Por lo tanto, debe ejercerce gran sabiduría en el problema de cómo presentar la verdad ante la gente. Hay ciertos objetivos claramente definidos que deben lograrse en la misma introducción de un esfuerzo misionero. Si los planes y métodos hubieran sido de un carácter diferente, aun cuando hubieran importado un mayor despliege de medios, habrían tenido mucho mejores resultados.—Carta 14, 1887. Ev 184.2

Deponed la armadura de combate—Algunos ministros, cuando encuentran a incrédulos que tienen prejuicios contra nuestros conceptos acerca de la no inmortalidad del alma fuera de Cristo, se sienten impulsados a dar un discurso acerca del tema. Los oyentes no están de ninguna manera preparados para recibir esto, y ese procedimiento consigue aumentar su prejuicio y excitar su oposición. En esta forma se pierden las buenas impresiones que habrían podido realizarse si el obrero hubiese tenido una conducta adecuada. Los oyentes son confirmados en su incredulidad. Habría sido posible ganar los corazones, pero el ministro se había puesto la armadura de combate. Se les dio comida sólida y como resultado las almas que habrían podido ganarse fueron alejadas más aún de lo que estaban. Ev 184.3

Hay que deponer la armadura de combate, el espíritu combativo. Si actuamos en la forma como Cristo actuó, podremos alcanzar a los hombres donde están.—Manuscrito 104, 1898. Ev 184.4

La correcta comprensión es indispensable—La correcta comprensión de lo que dicen las Escrituras concerniente al estado de los muertos es esencial para este tiempo. La Palabra de Dios declara que los muertos nada saben, su odio y su amor han desaparecido. Debemos apoyar nuestra autoridad en la segura palabra profética. A menos que estemos versados en las Escrituras correremos el riesgo de ser engañados por el tremendo poder de Satanás capaz de obrar milagros, cuando éste se manifieste en nuestro mundo, y de atribuir sus obras a Dios; porque la Palabra de Dios declara que, si fuere posible, los mismos escogidos serán engañados. A menos que estemos arraigados y fundamentados en la verdad, seremos barridos por las trampas engañosas de Satanás. Debemos aferrarnos a nuestras Biblias. Si Satanás puede haceros creer que en la Palabra de Dios hay cosas que no son inspiradas, entonces estará preparado para entrampar vuestras almas. Entonces no tendremos seguridad ni certidumbre precisamente en el tiempo cuando necesitaremos saber cuál es la verdad.—The Review and Herald, 18 de diciembre de 1888. Ev 184.5