El Ministerio de la Bondad

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Parte 7—Los pobres

Un verdadero cristiano es amigo de los pobres. Trata a su hermano perplejo y desdichado como quien trataría a una planta delicada, tierna y sensible. Dios quiere que sus obreros actúen entre los enfermos y dolientes como mensajeros de su amor y misericordia. El nos contempla para ver cómo nos tratamos mutuamente, si somos semejantes a Cristo en nuestro proceder con todos, encumbrados o humildes, ricos o pobres, libres o siervos. ...

Cuando tratéis a los que están consumidos por la preocupación y oprimidos, que no saben qué camino tomar para encontrar alivio, poned vuestro corazón en la obra de ayudarlos. No es el propósito de Dios que sus hijos se ensimismen, sin interesarse en el bienestar de los menos afortunados que ellos. Recordad que para ellos, tanto como para vosotros, ha muerto Cristo. La comprensión y la bondad abrirán el camino para que les ayudéis para ganar su confianza, para inspirarles esperanza y valor.—Carta 30, 1887.