El Ministerio de Curación

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Una vida más amplia

Nada despierta el celo abnegado ni ensancha y fortalece el carácter tanto como el trabajar en beneficio del prójimo. Muchos de los que profesan ser cristianos piensan sólo en sí mismos al buscar relaciones en la iglesia. Quieren gozar de la comunión de la iglesia y de los cuidados del pastor. Se hacen miembros de iglesias grandes y prósperas y se contentan con hacer muy poco por los demás. Así se privan de las bendiciones más preciosas. Muchos obtendrían gran provecho si sacrificaran las agradables relaciones sociales que los incitan al ocio y a buscar la comodidad. Necesitan ir adonde la obra cristiana requiera sus energías y puedan aprender a llevar responsabilidades. MC 109.4

Los árboles que crecen muy juntos no se desarrollan sanos y robustos. El jardinero los transplanta para darles espacio en que medrar. Algo semejante sería de provecho para muchos miembros de las iglesias grandes. Necesitan estar donde se les solicite que dediquen sus energías a un activo esfuerzo por la causa de Cristo. Están en vías de perder su vida espiritual y de volverse inútiles pigmeos por no hacer obra abnegada en pro de los demás. Transplantados a algún campo misionero, crecerían fuertes y vigorosos. MC 110.1

Pero nadie ha de esperar a que le llamen a algún campo distante para comenzar a ayudar a otros. En todas partes hay oportunidades de servir. Alrededor nuestro hay quienes necesitan nuestra ayuda. La viuda, el huérfano, el enfermo y el moribundo, el de corazón quebrantado, el desalentado, el ignorante, y el desechado de la sociedad, todos están a nuestro alcance. MC 110.2

Hemos de considerar nuestro deber especial el de trabajar por nuestros convecinos. Examinad cómo podéis ayudar mejor a los que no se interesan por las cosas religiosas. Al visitar a vuestros amigos y vecinos, manifestad interés por su bienestar espiritual y temporal. Habladles de Cristo, el Salvador que perdona los pecados. Invitad a vuestros vecinos a vuestra casa y leedles trozos de la preciosa Biblia y de libros que expliquen sus verdades. Convidadlos a que se unan con vosotros en canto y oración. En estas pequeñas reuniones, Cristo mismo estará presente, tal como lo prometió, y su gracia tocará los corazones. MC 110.3

Los miembros de la iglesia deberían educarse para esta obra que es tan esencial como la de salvar las almas entenebrecidas que viven en países lejanos. Si algunos sienten responsabilidad para con esas almas lejanas, los muchos que quedan en su propio país han de sentir esa misma preocupación por las almas que los rodean y trabajar con el mismo celo para salvarlas. MC 110.4

Muchos lamentan llevar una vida de horizontes limitados; pero pueden ensancharla y hacerla influyente si quieren. Los que aman a Jesús de corazón, mente y alma, y a su prójimo como a sí mismos, tienen ancho campo en que emplear su capacidad e influencia. MC 111.1