Reflejemos a Jesús

116/366

El Espíritu Santo: representante de Cristo, 25 de abril

Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho. Juan 14:26. RJ 121.1

Que Cristo se manifestaría a ellos, y sin embargo sería invisible al mundo, era un misterio para los discípulos. No podían entender las palabras de Cristo en su sentido espiritual. Estaban pensando en la manifestación exterior, visible. No podían entender el hecho de que ellos pudieran tener la presencia de Cristo con ellos, y que no obstante fuera invisible al mundo. No entendían el significado de una manifestación espiritual. RJ 121.2

El gran Maestro deseaba dar a los discípulos todo el ánimo y aliento posibles, puesto que iban a ser severamente probados. Pero era difícil para ellos comprender sus palabras. Tenían que aprender aún que la vida espiritual interior, plena de la fragancia de la obediencia por amor, les daría el poder espiritual que necesitaban. RJ 121.3

La promesa del Consolador les presentaba una rica verdad. Les aseguraba que no perderían su fe bajo las circunstancias más difíciles. El Espíritu Santo, enviado en el nombre de Cristo, iba a enseñarles todas las cosas, y traería todas las cosas a su memoria. El Espíritu Santo era el representante de Cristo, el Abogado que está constantemente intercediendo por la raza caída. El ruega porque pueda serles dado el poder espiritual, para que mediante el poder de Uno que es más poderoso que todos los enemigos de Dios y del hombre, pudieran vencer a sus enemigos espirituales. RJ 121.4

Quien conoce el fin desde el principio ha hecho provisión para el ataque de los agentes satánicos. Y El cumplirá su palabra a los fieles de cada época. Esta palabra es segura e inmutable; no pasará ni una jota ni un tilde. Si los hombres se mantienen bajo la protección de Dios, su estandarte estará sobre ellos como una defensa inexpugnable. El dará evidencia de que su Palabra nunca puede fallar. El probará ser una luz que brille en lugar oscuro hasta que el día amanezca. El, el Sol de justicia, se levantará con la salvación en sus rayos... RJ 121.5

El le ha asegurado que el Espíritu Santo fue dado para morar con usted, para interceder por usted y ser su guía. Le pide que confíe en El y se encomiende a su protección. El Espíritu Santo está obrando constantemente, enseñando, recordando, testificando, viniendo al alma como consolador divino, y convenciendo de pecado como un Juez y Guía designado... RJ 121.6

Su obra es cooperar con Cristo, a fin de que usted sea completo en El. Al unirse a El por la fe, creyendo en El y recibiéndolo, usted se convierte en parte de El. Su carácter es la gloria de El revelada en usted.—Manuscrito 44, de 1897. RJ 121.7