La Fe por la Cual Vivo

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El ejemplo de nuestro señor, 17 de mayo

Porque somos sepultados juntamente con él a muerte por el bautismo; para que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en novedad de vida. Romanos 6:4. FV 145.1

“Jesús no recibió el bautismo como confesión de culpabilidad propia. Se identificó con los pecadores, dando los pasos que debemos dar, y haciendo la obra que debemos hacer. Su vida de sufrimiento y paciente tolerancia después de su bautismo, fue también un ejemplo para nosotros.”—El Deseado de Todas las Gentes, 89. FV 145.2

“Como cabeza de la humanidad Cristo tomó los mismos pasos que se requieren de nosotros. Aunque sin pecado, él nos dio ejemplo en el cumplimiento de todos los requisitos para la redención de la raza caída. Cargó con los pecados de todo el mundo. Por medio de su bautismo abarcaría todo el mundo pecaminoso que por el arrepentimiento y la fe recibiría perdón. ‘Mas cuando se manifestó la bondad de Dios nuestro Salvador, y su amor para con los hombres, no por obras de justicia que nosotros habíamos hecho, mas por su misericordia nos salvó, por el lavacro de la regeneración, y de la renovación del Espíritu Santo; el cual derramó en nosotros abundantemente por Jesucristo nuestro Salvador, para que, justificados por su gracia, seamos hechos herederos según la esperanza de la vida eterna.’ Tito 3:4-7. El hombre obtuvo nuevamente el favor de Dios por el lavacro de la regeneración. Este lavacro era la sepultura de Cristo en las aguas en la semejanza de su muerte, representando que todo el que se arrepintiera de su transgresión de la ley de Dios recibiría purificación y limpieza por la operación del Espíritu Santo. El bautismo representa la verdadera conversión por la renovación del Espíritu Santo.”—Manuscrito 57, 1900.* FV 145.3