La Edificación del Carácter

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Por qué fue rechazado Cristo

Nuestro Salvador era la luz del mundo; pero el mundo no lo conoció. Estaba constantemente ocupado en obras de misericordia, proyectando luz sobre la senda de todos; sin embargo no pidió a aquellos con los cuales se relacionaba que contemplaran su virtud inigualable, su abnegación, su espíritu de sacrificio y su benevolencia. Los judíos no admiraban una vida tal. Ellos consideraban su religión sin valor, porque no estaba de acuerdo con su norma de piedad; decidieron que Cristo no era religioso en espíritu o en carácter; porque la religión de ellos consistía en ostentación, en orar en público y en hacer obras de caridad por causa del efecto. Proclamaban con trompeta sus buenas obras, como lo hacen los que pretenden poseer la santificación. Querían que todos entendieran que ellos no tenían pecado. Pero toda la vida de Cristo se hallaba en directo contraste con esto. No buscaba ni ganancia ni honores. Sus maravillosos actos de sanamiento eran realizados de la manera más silenciosa posible, aunque él no podía restringir el entusiasmo de aquellos que eran los recipientes de sus grandes bendiciones. La humildad y la mansedumbre caracterizaron su vida. Y fue debido a su conducta humilde y a sus maneras modestas, que se hallaban en tan señalado contraste con las de los fariseos, por lo que éstos no quisieron aceptarlo. ECFP 12.1