La Edificación del Carácter

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Una nueva criatura

El amor confiado y la devoción abnegada revelados en la vida y el carácter de Juan, presentan lecciones de indecible valor para la iglesia cristiana. Algunos pueden presentarlo como poseyendo este amor, independiente de la gracia divina; pero Juan tenía, por naturaleza, serios defectos de carácter; era orgulloso y ambicioso, y ligero para resentirse por el desaire y la injuria. ECFP 52.1

La profundidad y el fervor del afecto de Juan por su Maestro no era la causa del amor de Cristo por él, sino el efecto de ese amor. Juan deseaba llegar a ser semejante a Jesús, y bajo la influencia transformadora del amor de Cristo, llegó a ser manso y humilde de corazón. El yo estaba escondido en Jesús. Estaba íntimamente unido con la vid viviente, y así llegó a ser participante de la naturaleza divina. Tal será siempre el resultado de la comunión con Cristo. Esto es verdadera santificación. ECFP 52.2

Puede haber defectos notables en el carácter de un individuo, y sin embargo, cuando éste llega a ser un verdadero discípulo de Jesús, el poder de la gracia divina lo convierte en una nueva criatura. El amor de Cristo lo transforma, lo santifica, pero cuando las personas profesan ser cristianas y su religión no las hace mejores hombres y mujeres en todas las relaciones de la vida—representantes vivos de Cristo en disposición y carácter—no son de él. ECFP 53.1