En los Lugares Celestiales

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Octubre

La iglesia de Dios en la tierra, 1 de octubre

Vosotros también, como piedras vivas, sed edificados como casa espiritual y sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de Jesucristo. 1 Pedro 2:5. ELC 283.1

La iglesia en la tierra es el templo de Dios y ha de tomar proporciones divinas delante del mundo. Este edificio debe ser la luz del mundo. Debe estar compuesto por piedras vivas puestas estrechamente juntas, encajadas una en otra, que formen un sólido edificio. Todas estas piedras no tienen la misma forma ni dimensión. Algunas son grandes y otras son chicas, pero cada una tiene su propio lugar que llenar. En todo el edificio no debe haber ni una sola piedra mal adaptada. Cada una es perfecta. Y cada piedra es una piedra viva, una piedra que arroja luz. El valor de las piedras está determinado por la luz que reflejan sobre el mundo... Este es el propósito de Dios y desea que todos los que profesan creer la verdad ocupen sus respectivos lugares en la grande y admirable obra para este tiempo.—The Review and Herald, 4 de diciembre de 1900. ELC 283.2

El arquitecto angelical ha traído su áurea vara de medir del cielo, y cada piedra debe ser labrada y escuadrada según la medida divina y pulida para brillar como emblema del cielo, irradiando en todas direcciones los rayos brillantes y claros del Sol de Justicia.—Testimonios para los Ministros, 13. ELC 283.3

En este mundo debemos resplandecer en buenas obras. El Señor demanda de su pueblo ... que refleje la luz del carácter de Dios, del amor de Dios, tal como Cristo lo reflejó. Mirando hacia Jesús nuestra vida entera será encendida con aquella maravillosa luz. Cada parte de nosotros debe resplandecer. Así que, cualquiera sea el rumbo que tomemos, se reflejará desde nosotros la luz en otros. Cristo es el camino, la verdad y la vida. En él no hay tinieblas de ninguna clase. Por lo tanto, si estamos en Cristo, no habrá tinieblas en nosotros.—Carta 43, 1899. ELC 283.4