En los Lugares Celestiales

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La recompensa del vencedor, 30 de septiembre

El que venciere heredará todas las cosas, y yo seré su Dios, y él será mi hijo. Apocalipsis 21:7. ELC 282.1

No comprendemos cuán cerca está el fin de todas las cosas. No apreciamos como deberíamos la necesidad de ser diariamente vencedores y de asegurar el premio eterno. Los que vencen las tentaciones que están en el mundo debido a la concupiscencia son participantes de la naturaleza divina... ELC 282.2

Eso requiere oración, requiere fe, requiere entendimiento, llegar a ser participantes de la naturaleza divina. Pero cuando alcanzamos esta experiencia, no estamos beneficiándonos únicamente nosotros, estamos dando a todos los que nos rodean una evidencia de que todos pueden ser participantes de la naturaleza divina, de que todos pueden ser vencedores. ELC 282.3

Determinémonos a ser victoriosos. Busquemos una medida grande de gracia divina... No seamos dominados por los elementos del mundo, sino mostremos que estamos resueltos a llegar a ser vencedores día tras día y hora tras hora. Los ángeles de Dios están velando sobre nosotros cada día... Representemos a Cristo y a la verdad dondequiera vayamos para que podamos permanecer en esa posición donde podemos glorificar a Dios. Mis hermanos y hermanas, Jesús anhela interceder por vosotros. Aferraos a Jesús. Esforzaos por ser vencedores para que el Salvador pueda daros la bienvenida a la ciudad de Dios ... ELC 282.4

¡Oh, qué escena de alegría será cuando el Cordero de Dios coloque sobre la cabeza de los redimidos la corona de victoria! Nunca, nunca más seréis llevados a la tentación y el pecado. Veréis al Rey en su hermosura. Y encontraréis allí a aquellos a quienes ayudasteis a ir hacia el cielo. Ellos pondrán sus brazos alrededor de vosotros y reconocerán lo que habéis hecho por ellos. “Tú velaste por mí”, dirán, “oraste por mí, me ayudaste a ganar el cielo”.—Manuscrito 49, 1909. ELC 282.5