En los Lugares Celestiales

300/367

Arreglad vuestras cuentas con el cielo, 25 de octubre

De gracia recibisteis, dad de gracia. Mateo 10:8. ELC 307.1

Jesús dio su vida por ti. Como un niño que tiene plena confianza en sus padres, y que no se preocupa por temor de ser defraudado y maltratado, tú puedes descansar en Dios con perfecta confianza de que él será para ti un amigo y un ayudador. Si depositas la custodia de tu alma a Dios... no estarás lleno de dudas y recelos, sino que te asirás firmemente a las promesas, seguro que Dios no te privará de ninguna cosa buena... ELC 307.2

No es posible que esperes todas las bendiciones de Dios y no retribuyas con nada. Por medio de Cristo poseemos todas las cosas. Sin Cristo no tendríamos más que pobreza, miseria y desesperanza. ¿Responderemos a este amor que Dios ha derramado sobre nosotros? El ser hijos de Dios es poseer todas las cosas. ¿Qué más puedes desear? Si el cristiano no está contento con una herencia tal, nada puede darle contentamiento. Estamos obligados al Señor por todo lo que poseemos. Por lo tanto, devolvamos al Dador todo lo que reclama como suyo. No cometamos un robo contra Dios... ELC 307.3

El que amó tanto al hombre que vino desde regiones de bienaventuranza, desde su trono real, y se humilló a sí mismo cubriendo su divinidad con la humanidad, nos ha dado una inequívoca muestra de su amor y del valor que da al hombre. El que ha hecho por nosotros este infinito sacrificio nos constriñe a estimar el valor de un alma, haciendo el balance entre la ganancia terrenal y la pérdida celestial; entre el éxito temporal y la pérdida eterna... ELC 307.4

Cristo desvía tu mirada de lo terrenal hacia lo celestial. Te invita a colocar tus tesoros arriba... ELC 307.5

Te ruego que envíes tu tesoro delante de ti al cielo, usando los bienes del Señor para el adelanto de su causa en la tierra... Arregla tus cuentas con el alto cielo.—Carta 65, 1884. ELC 307.6