El Cristo Triunfante

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La ley de Dios finalmente es vindicada, 11 de octubre

“Dame entendimiento y guardaré tu ley, y la cumpliré de todo corazón”. Salmos 119:34. CT 293.1

Cuando Cristo ascendió a los cielos y abrió ante las inteligencias celestiales la escena del conflicto y se vieron los fieros ataques que Lucifer lanzó en su contra para impedirle realizar su obra en la tierra, se pudieron distinguir bajo una luz verdadera todas las prevaricaciones e imputaciones de quien fuera un encumbrado querubín. Se pudo ver que su pretendido carácter inmaculado era una farsa. Se pudo discernir todo el esquema que había montado para alcanzar la supremacía... Cuando se puso fin al problema, todos los seres que no habían caído expresaron su indignación ante la rebelión. A una voz proclamaron que Dios es justo, misericordioso, abnegado y bondadoso. Su ley había sido vindicada. CT 293.2

Desde un principio el propósito de Satanás había sido separar a la familia humana de Dios. Y en cada época había llevado adelante este mismo propósito. La misma metodología de engaño, la misma lógica que había empleado para embaucar a la santa pareja en Edén, la utilizaría en las edades venideras. Su plan de trabajo siempre incluyó el engaño. Satanás se manifiesta como un ser religioso. Tiene una sinagoga a la que concurren sus adoradores... Él controla todas las clases... CT 293.3

Constantemente, Satanás trabaja entre las personas de todas las edades. Bajo ciertas circunstancias adopta un manto de piedad, pureza y santidad. A menudo se presenta como ángel de luz. Ha cubierto los ojos de los hombres y las mujeres para que no puedan ver debajo de la superficie ni disciernan sus propósitos reales. CT 293.4

Dios es omnipotente, omnisciente, inmutable. Siempre sigue un camino recto. Su ley es verdad inmutable, eterna. Sus preceptos están en consonancia con sus atributos. Pero Satanás los hace aparecer bajo una falsa luz. Al pervertirlos trata de dar a los seres humanos una impresión desfavorable del Dador de la ley. Mediante su rebelión ha tratado de hacer aparecer a Dios como un ser injusto y tiránico. CT 293.5

Sin embargo, la vida, el juicio y la muerte de Jesús han desenmascarado la hipocresía de Satanás. Cristo tomó sobre sí la naturaleza humana y por su vida perfecta demostró la falsedad de las afirmaciones de Satanás quien constantemente acusa a todos los que intentan obedecer la ley de Dios. Y la sangre que Cristo derramó en la cruz es un testimonio incontrovertible y eterno que indica que la ley de Dios es tan inmutable como su carácter. La crucifixión de Cristo fue un asesinato instigado por Satanás y llevado a cabo por quienes se habían separado de Dios. En el día del juicio, cuando la muerte de Cristo en la cruz sea vista por todos con toda claridad, toda voz se acallará. Y cada uno comprenderá que Satanás es un rebelde.—Manuscrito 1, 1902. CT 293.6