Dios nos Cuida

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Un refugio seguro, 18 de mayo

Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Filipenses 4:6. DNC 147.1

No es la voluntad de Dios que sus hijos estén abrumados por las preocupaciones. Pero nuestro Señor no nos engaña. No nos dice: “No temáis; no hay peligro en vuestra senda”. Sabe que hay pruebas y peligros, y no trata de ocultarlos. No se propone sacar a su pueblo de un mundo de pecado y maldad, pero les señala un refugio seguro... DNC 147.2

¿Cómo podemos permanecer en la duda, preguntándonos si Jesús nos ama, pecadores como somos, y llenos de flaquezas? Se entregó por nosotros para redimirnos de toda iniquidad y purificarnos como pueblo suyo peculiar, celoso de buenas obras. Vino al mundo en forma de hombre, para familiarizarse con las aflicciones y las tentaciones que asedian la senda humana, y para saber cómo ayudar al cansado con su ofrecimiento de descanso y paz. Pero miles y miles rehúsan su ayuda, y únicamente se aferran con más firmeza de sus preocupaciones. El va junto a los afligidos y les ofrece suavizar su aflicción y curar su angustia... A los chasqueados, los incrédulos y los desventurados les ofrece contentamiento mientras les señala las mansiones que está preparando para ellos... Jesús, nuestro precioso Salvador, debería ocupar el primer lugar en nuestros pensamientos y afectos, y deberíamos depender de él con toda confianza... DNC 147.3

Cada día deberíamos enfrentar sus pruebas y tentaciones con el poder de Jesús. Si fallamos un día aumentamos la carga del siguiente y tenemos menos fuerza. No deberíamos anublar el futuro por nuestro descuido en el presente; pero realizando cuidadosamente los deberes de hoy debemos prepararnos para hacer frente a las emergencias del mañana. DNC 147.4

Necesitamos cultivar un espíritu de alegría... Siempre miremos el lado brillante de la vida y seamos esperanzados, llenos de amor y buenas obras, regocijándonos siempre en el Señor. “Y la paz de Dios gobierne en vuestros corazones... y sed agradecidos”. Colosenses 3:15.* DNC 147.5