Cristo en Su Santuario

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El servicio del templo pierde su significado

Cristo era el fundamento y la vida del templo. Sus servicios eran típicos del sacrificio del Hijo de Dios. El sacerdocio había sido establecido para representar el carácter y la obra mediadora de Cristo. Todo el plan de adoración sacrificial era una prefiguración de la muerte del Salvador para redimir al mundo. No habría eficacia en esas ofrendas cuando el gran evento al cual señalaran durante siglos fuese consumado. CES 44.4

Puesto que todo el sistema ritual simbolizaba a Cristo, no tenía valor sin él. Cuando los judíos sellaron su rechazo de Cristo entregándolo a la muerte, rechazaron todo lo que daba significado al templo y sus ceremonias. Su carácter sagrado desapareció. Quedó condenado a la destrucción. Desde ese día los sacrificios rituales y las ceremonias relacionadas con ellos dejaron de tener significado. Como la ofrenda de Caín, no expresaban fe en el Salvador. Al dar muerte a Cristo, los judíos destruyeron virtualmente su templo. Cuando Cristo fue crucificado, el velo interior del templo se rasgó en dos de alto a bajo, significando que el gran sacrificio final había sido hecho, y que el sistema de los sacrificios rituales había terminado para siempre. CES 45.1

“En tres días lo levantaré”. A la muerte del Salvador las potencias de las tinieblas parecieron prevalecer y se regocijaron de su victoria. Pero del sepulcro abierto de José, Jesús salió vencedor. “Despojando a los principados y a las potestades, los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz”. Colosenses 2:15. En virtud de su muerte y resurrección, pasó a ser “ministro del santuario, y de aquel verdadero tabernáculo que levantó el Señor, y no el hombre”. Hebreos 8:2. Los hombres habían construído el tabernáculo, y luego el templo de los judíos; pero el Santuario celestial, del cual el terrenal era una figura, no fue construído por arquitecto humano. “Mirad al hombre cuyo nombre es El Vástago, y él... edificará el Templo de Jehová, y llevará sobre sí la gloria, y se sentará y reinará sobre su trono, siendo Sacerdote sobre su trono”. Zacarías 6:12, 13, VM. CES 45.2