El Colportor Evangélico

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Iguala en importancia al ministerio pastoral

Los colportores han de salir a hacer su obra en las diversas partes del país. La importancia de esta obra se equipara plenamente a la del ministerio pastoral. El predicador viviente y el mensajero silencioso se necesitan por igual para la realización de la gran tarea que afrontamos.—The Review and Herald, 1 de abril de 1880. CE 9.1

El trabajo de colportar con nuestras publicaciones constituye una rama muy importante y provechosa de la obra evangélica. Nuestras publicaciones pueden ir a lugares donde no se pueden realizar reuniones. En tales sitios el fiel colportor evangélico ocupa el lugar del predicador viviente. Por medio de la obra del colportaje se presenta la verdad a miles de personas que de otra manera nunca la podrían oír.—The Review and Herald, 7 de octubre de 1902. CE 9.2

No tenemos tiempo que perder. Hay una obra importante delante de nosotros, y si somos siervos perezosos perderemos ciertamente la recompensa celestial. Pero pocos son los que tienen una visión amplia y extensa de lo que puede realizarse para alcanzar a la gente por medio de esfuerzos personales e interesados en una sabia distribución de nuestras publicaciones. Muchos que no serían inducidos a escuchar la verdad presentada por el predicador vivo, aceptarán un folleto o una revista y lo leerán con cuidado; como muchas de las cosas que lean concordarán exactamente con sus ideas, se interesarán en leer todo lo que contiene.—The Review and Herald, 19 de diciembre de 1878. CE 9.3