El Colportor Evangélico

180/269

Él levanta al afligido

No se exhala un suspiro, no se siente un dolor, ni ningún agravio atormenta el espíritu, sin que haga también palpitar el corazón del Padre... Dios se inclina desde su trono para oír el clamor de los oprimidos. A toda oración sincera, él contesta: “Aquí estoy”. Levanta al angustiado y pisoteado. En todas nuestras aflicciones, él es afligido. En cada tentación y prueba, el Ángel de su presencia está cerca de nosotros para librarnos.—El Deseado de Todas las Gentes, 323 (1898). CE 119.2