El Colportor Evangélico

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Ser instrumentos divinos

Nuestros libros deben ser vendidos por obreros consagrados, a quienes el Espíritu Santo pueda emplear como instrumentos suyos. Cristo es nuestra suficiencia y debemos presentar la verdad con humilde sencillez, dejándole manifestar su propio sabor de vida para vida.—Joyas de los Testimonios 2:538 (1900). CE 110.4