El Colportor Evangélico

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La misión de los “mensajeros silenciosos”

Se me ha indicado que aun donde la gente oye el mensaje del predicador, el colportor debe realizar su obra en cooperación con el ministro; porque aunque el predicador presente fielmente el mensaje, la gente no lo puede retener todo. La página impresa es, por lo tanto, esencial, no sólo para despertarlos y hacerles comprender la importancia de la verdad para este tiempo, sino también para arraigarlos y fundamentarlos en la verdad, y corroborarlos contra los errores engañosos. Los libros y periódicos son los medios dispuestos por el Señor para tener constantemente el mensaje para este tiempo delante de la gente. En cuanto a iluminar y confirmar a la gente en la verdad, las publicaciones harán una obra mayor que el solo ministerio de la palabra hablada. Los mensajeros silenciosos, que son colocados en los hogares de la gente por medio del trabajo del colportor, fortalecerán la obra del evangelio de todas maneras, porque el Espíritu Santo impresionará la mente de quienes lean los libros, como impresiona la mente de los que escuchan la predicación de la Palabra. El mismo ministerio de los ángeles que acompaña a la obra del predicador, acompaña también a los libros que contienen la verdad.—Testimonios Selectos 4:356 (1900). CE 103.2