El Colportor Evangélico

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Capítulo 14—El colportor evangélico y sus finanzas

Pago puntual de los libros

La obra se paraliza porque quienes aseveran seguir a Cristo no obedecen los principios evangélicos. La manera incorrecta en que algunos colportores, tanto antiguos como nuevos, han cumplido su obra demuestra que tienen que aprender lecciones importantes. Se me ha mostrado mucho trabajo desordenado. Algunos se han acostumbrado a hábitos deficientes, y han manifestado esta deficiencia en la obra de Dios. Las sociedades de publicaciones han contraído grandes deudas porque los colportores no pagaron sus cuentas. Los colportores han considerado que se los trataba mal si se les pedía que pagasen puntualmente los libros recibidos de las casas editoras. Sin embargo, la única manera de hacer negocios es exigir el pago puntual. CE 95.1

Absoluta honestidad—Deben arreglarse las cosas de tal manera que los colportores tengan lo suficiente para vivir sin retirar más de lo que les corresponde. Esta puerta de tentación debe cerrarse y atrancarse. Por honesto que sea un colportor, se presentarán en su trabajo circunstancias que serán para él una grave tentación. CE 95.2

La pereza y la indolencia no son frutos del árbol cristiano. Ninguna persona puede practicar la prevaricación o la deshonestidad en el manejo de los bienes del Señor y permanecer sin culpa delante de Dios. Todos los que hacen esto niegan a Cristo por sus acciones. Mientras que profesan cumplir y enseñar la ley de Dios, no practican sus principios. CE 95.3

No debe haber derroche—Los bienes del Señor deben manejarse con fidelidad. El Señor ha confiado a los hombres la vida, la salud y las facultades del raciocinio; les ha dado fuerza física y mental para que la ejerciten; y estos dones, ¿no deben ser empleados fiel y diligentemente para gloria de su nombre? ¿Han considerado nuestros hermanos que deben dar cuenta de todos los talentos que les han sido confiados? ¿Han negociado prudentemente con los bienes de su Señor, o han gastado temerariamente sus recursos, y han sido anotados en el cielo como siervos infieles? Muchos están gastando el dinero de su Señor en así llamado goces. No adquieren experiencia en la abnegación, sino que gastan dinero en vanidades, y no llevan la cruz en pos de Jesús. Muchos que se vieron privilegiados al recibir de Dios preciosas oportunidades, han despilfarrado sus vidas, y se encuentran ahora achacosos y menesterosos. CE 96.1

Dios pide que haya un mejoramiento decidido en los diversos ramos de su obra. Los negocios hechos en relación con la causa de Dios deben ir señalados por una mayor precisión y exactitud. No se ha hecho un esfuerzo firme y decidido para realizar una reforma esencial.—Joyas de los Testimonios 2:552-554 (1900). CE 96.2