El Colportor Evangélico

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Palabras bien elegidas

No sean descuidados en sus palabras por estar entre los no creyentes, pues ellos los están juzgando. Estudien la instrucción dada a Nadab y Abiú, los hijos de Aarón. Ellos “ofrecieron delante de Jehová un fuego extraño, que él nunca les había mandado”. Tomando fuego común lo colocaron en sus incensarios. “Entonces salió de la presencia de Jehová un fuego que los quemó, y murieron delante de Jehová. Luego dijo Moisés a Aarón: ‘Esto es lo que Jehová afirmó cuando dijo: “En los que a mí se acercan me santificaré, y en presencia de todo el pueblo seré glorificado”’”. Levítico 10:1-3. Los colportores deberían recordar que están trabajando con el Señor para salvar a los hombres, y que no han de introducir ninguna ordinariez o vulgaridad en su sagrado servicio. Que la mente se llene de pensamientos puros y santos, y que las palabras sean bien elegidas. No obstaculicen el éxito de vuestra obra por pronunciar palabras livianas y descuidadas.—Manual for Canvassers, 24 (1902). CE 75.1