El Colportor Evangélico

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Vestido y modales agradables

Tenemos ahora grandes facilidades para esparcir la verdad; pero nuestros hermanos no están aprovechando los privilegios que les fueron dados. En todas las iglesias no ven ni sienten la necesidad de usar sus capacidades para salvar a las personas. No comprenden que es su deber buscar suscriptores para nuestros periódicos, incluyendo nuestras revistas de salud, e introducir nuestros libros y folletos. Debe darse trabajo a los hombres que están dispuestos a ser enseñados en cuanto a la mejor manera de presentarse ante las personas y las familias. Su vestimenta debe ser pulcra pero no vanidosa, y los modales tales que no disgusten a la gente. Entre nosotros, como pueblo, existe una gran carencia de cortesía verdadera. Deben cultivarla todos los que estén involucrados en la obra misionera.—Testimonios para la Iglesia 5:391, 392 (1880). CE 67.2

El desaseo en el vestir trae oprobio sobre la verdad que profesamos creer. Usted debería considerar que es representante del Señor Jesucristo. Que toda su vida esté en armonía con la verdad bíblica... Este no es un asunto de poca importancia, pues afecta su influencia sobre los demás ahora y para la eternidad. No puede usted esperar que el Señor le dé el éxito más completo para ganar a las personas para él a menos que todos su modales y su presentación sean de una naturaleza tal que conquisten el respeto. La verdad es magnificada incluso por la impresión causada gracias a la prolijidad en el vestirse.—Carta 336, 1908. CE 68.1

Las personas de modales rudos no están capacitadas para esta obra. Quienes tendrán éxito serán hombres y mujeres que posean tacto, un buen trato, aguda perspicacia, una mente capaz de discernir y que comprendan el valor de los seres humanos.—Manual for Canvassers, 15 (1902). CE 68.2