El Colportor Evangélico

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Una preparación para el ministerio

Algunos hombres a quienes Dios llamó a la obra del ministerio entraron en el campo como colportores. Se me ha indicado que ésta es una preparación excelente si su objetivo es diseminar la luz y llevar las verdades de la Palabra de Dios directamente a los hogares. En la conversación se les presentará con frecuencia la oportunidad de hablar de la religión de la Biblia. Si realizan esta obra como deben hacerlo, visitarán a las familias, manifestarán ternura cristiana y amor por las personas, y les proporcionarán mucho beneficio. Esta será una experiencia excelente para cualquiera que se proponga entrar en el ministerio. CE 35.2

Los que se están preparando para el ministerio no pueden dedicarse a otra ocupación que les reporte una experiencia tan amplia como la del colportaje.—Joyas de los Testimonios 2:550 (1900). CE 36.1

Hay más dificultades en esta obra que en algunos otros ramos comerciales; pero las lecciones aprendidas, el tacto y la disciplina, los capacitarán para otros campos de utilidad, donde podrán ministrar a favor de los seres humanos. Los que aprenden en forma deficiente las lecciones y son descuidados y bruscos al acercarse a las personas, si entraran en el ministerio manifestarían la misma falta de tacto y habilidad al tratar con las mentes... CE 36.2

En el colportaje evangélico, los jóvenes pueden llegar a ser mejor preparados para la labor ministerial que pasando muchos años en la escuela.—Manual for Canvassers, 41, 42 (1902). CE 36.3