El Colportor Evangélico

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Consagración y confianza

Cuando nos mostramos humildes y contritos, nos encontramos en situación en que Dios puede y quiere manifestarse a nosotros. Le agrada que evoquemos las bendiciones y los favores ya recibidos como motivos para que nos conceda aun mayores bendiciones. Colmará las esperanzas de quienes en él confían por completo. El Señor Jesús sabe muy bien lo que necesitan sus hijos y cuánto poder divino asimilaremos para bendición de la humanidad, y nos concede todo lo que estemos dispuestos a emplear para beneficiar a los demás y ennoblecer nuestra propia vida. CE 229.3

Debemos tener menos confianza en lo que por nosotros mismo podemos hacer, y más en lo que el Señor puede hacer por nosotros y a través de nosotros. La obra en que están empeñados no es de ustedes; es de Dios. Sometan su voluntad y su camino a Dios. No hagan una sola excepción, ni un simple compromiso con el yo. Aprendan a conocer lo que es ser libres en Cristo. CE 230.1

Oír sermones sábado tras sábado, leer la Biblia de tapa a tapa, o explicarla versículo por versículo, no nos beneficiará a nosotros ni a los que nos oigan, a no ser que llevemos las verdades de la Biblia al terreno de nuestra experiencia personal. La inteligencia, la voluntad y los afectos deben someterse al gobierno de la Palabra de Dios. Entonces, mediante la obra del Espíritu Santo, los preceptos de la Palabra vendrán a ser los de la vida. CE 230.2

Cuando pidan a Dios que les ayude, honren a su Salvador creyendo que reciben su bendición. Todo poder y toda sabiduría están a nuestra disposición. No tenemos más que pedir. CE 230.3

Anden siempre en la luz de Dios. Mediten día y noche en su carácter. Entonces verán su belleza y se alegrarán en su bondad. Vuestro corazón brillará con un destello de su amor. Serán levantados como si los llevaran brazos eternos. Con el poder y la luz que Dios les comunica, podrán comprender, abarcar y realizar más de lo que jamás les pareció posible. CE 230.4