El Colportor Evangélico

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La fuerza de carácter

Se necesitan hombres firmes que no esperen a que el camino se les allane y quede despejado de todo obstáculo, hombres que inspiren nuevo celo a los débiles esfuerzos de los desalentados obreros, hombres cuyos corazones irradien el calor del amor cristiano y cuyas manos tengan fuerzas para desempeñar la obra del Maestro. CE 214.2

Algunos de los que se ocupan en el servicio misionero son débiles, sin nervios ni espíritu, y se desalientan por cualquier cosa. Carecen de impulso y de los rasgos positivos de carácter que dan fuerza para hacer algo; les falta el espíritu y la energía que encienden el entusiasmo. Los que anhelen éxito deben ser animosos y optimistas. Deben cultivar no sólo las virtudes pasivas, sino también las activas. Han de dar la blanda respuesta que aplaca la ira, pero también han de tener valor heroico para resistir al mal. Con la caridad que todo lo soporta, necesitan la fuerza de carácter que hará de su influencia un poder positivo. CE 214.3

Algunos no tienen firmeza de carácter. Sus planes y propósitos carecen de forma definida y de consistencia. De poco sirven en el mundo. Esta flaqueza, indecisión e ineficacia deben vencerse. Hay en el verdadero carácter cristiano algo indómito que no puede ser moldeado o vencido por las circunstancias adversas. Debemos tener firmeza moral, una integridad que no pueda ser adulada, sobornada o atemorizada. CE 214.4