Elena G. de White en Europa

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Rumbo a Europa

El primer viaje de Elena G. de White al extranjero

Puerto: Boston.

Vapor: Cephalonia.

Pasajeros: Entre otros, Elena G. de White y sus acompañantes.

Fecha de embarque: 7 de agosto de 1885.

Destino: Liverpool.

La perspectiva de un viaje a Europa que incluía el cruce del Atlántico en barco, hizo que el corazón de Elena G. de White acelerara un poco sus latidos. La expectación que siente la persona que está a punto de realizar su primer viaje a otro país es casi siempre una sensación agradable, y la reacción de la Sra. de White, aunque cargada con un sentido de solemne responsabilidad, no fue una excepción. Además, un viaje a Europa en 1885—sobre todo si se iniciaba en el histórico puerto de Boston—constituía un privilegio que relativamente pocos norteamericanos podían disfrutar. EGWE 23.1

Desde el momento en que los dirigentes de la Iglesia Adventista en Europa invitaron a la Sra. de White a visitarlos, ella pensó en esa posibilidad y oró para que el Señor la dirigiera. Ahora todo estaba dispuesto, y ella estaba lista para embarcarse en las costas de su país. EGWE 23.2

Su último día en Norteamérica, el viernes 7 de agosto, estuvo lleno de actividades, con compras de último momento y cinco o seis cartas por escribir. Más tarde se dirigió al puerto de la gran ciudad donde abordó el vapor Cephalonia, de la compañía Cunard. Aunque el barco no iba a partir hasta el día siguiente, la Sra. de White y sus compañeros de viaje prefirieron instalarse en sus camarotes antes que comenzara el sábado. Pasaron la noche del viernes a bordo del barco. EGWE 24.1

Guillermo C. White, con su esposa, Mary Kelsey White, y su primera hija, la pequeña y vivaracha Ella, que tenía entonces tres años de edad, acompañaron a la Sra. de White en este viaje. Iban además Sara McEnterfer, Anna Rasmussen, la Sra. Bertha Stein, y dos de los hijos de A. C. Bourdeau: Arturo y Jesse, quienes iban a Europa para reunirse con su padre, que estaba allí desde 1884. EGWE 24.2

Elena G. de White, que compartía su camarote con Sara, lo describió como “grande y cómodo”. En su diario expresó: “El Señor parece estar muy cerca y siento paz y descanso”*Manuscrito 16a, 1885. EGWE 24.3

Como resultado inmediato de estar al fin instalada en el barco, experimentó un relajamiento. Se sentía guiada. Tenía la certeza de que Dios, en su providencia, la dirigía. Un mes antes, no estaba tan segura de que la voluntad del Señor era que aceptara la invitación para trabajar en Europa. He aquí la interesante historia de la providencia divina. EGWE 24.4