Elena G. de White en Europa

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La manada pequeña de Drammen

A unos 32km al sudoeste de Cristianía estaba la ciudad de Drammen. El martes, la Sra. de White tomó el tren para visitar la pequeña congregación adventista de ese lugar. El mejor salón que se pudo conseguir no era muy representativo, pero a pesar de que la Iglesia de Drammen sólo tenía 20 miembros, 700 personas acudieron para oírla hablar. Sus observaciones se basaron en Juan 3:16. EGWE 132.3

La Sra. de White describe el salón como una habitación “destinada a bailes y conciertos, de unos 10 m x 24 m, con un estrecho pasillo a cada lado, y una enorme estufa en cada extremo. No había púlpito ni lugar para colocarlo. De un cuarto vecino trajeron seis mesas de cantina, con las que formaron una plataforma; la cubrieron con una alfombra cuadrada y encima colocaron una mesa que hizo las veces de atril y púlpito. Los escalones los improvisaron con sillas y banquetas. Dudamos que el salón y las mesas hayan tenido tan buen uso alguna vez”.—Ibid. 207. EGWE 132.4

A la mañana siguiente la Sra. de White regresó a Cristianía. Esta vez, sin embargo, la niebla que le había impedido contemplar el paisaje en el viaje a Drammen, había desaparecido. EGWE 133.1

“El paisaje es muy hermoso. La vista no es uniforme. Hay riscos elevados y montañas rocosas, lagos e islas. En el verano debe ser un lugar muy agradable para vivir”.—Manuscrito 27, 1885. EGWE 133.2

Aunque estaba sumamente atareada en este centro de la obra en Noruega, no olvidó las necesidades de la causa en Norteamérica. Escribió cartas informativas y animadoras a su sobrina, Addie Walling, quien se estaba preparando como linotipista y correctora de pruebas en la Pacific Press, en Oakland. También mantuvo correspondencia con el Dr. John Harvey Kellogg en Battle Creek, y ya entonces le advirtió que el sanatorio estaba creciendo demasiado. También le preocupaba el hecho de que el doctor trabajaba en exceso. EGWE 133.3

En Healdsburg, California, donde había comenzado a funcionar un nuevo colegio, se estaba gestando un reavivamiento. Existía el peligro de los extremismos por un lado, y de que se inhibiera el Espíritu de Dios, por el otro. La Sra. de White escribió cartas para aconsejar a los dirigentes de ambas partes, a fin de mantener el equilibrio. Y a menudo sus cartas de consejo llegaban en el momento oportuno para enfrentar alguna situación crítica. EGWE 133.4

El jueves 5 de noviembre la Sra. de White prosiguió escribiendo y compensó el tiempo lluvioso y desagradable con una “conversación muy agradable y provechosa” con el Hno. L. Hansen: Un contratista de edificios que había aceptado el adventismo y era una figura clave en la iglesia de Cristianía en esa época. Estaba a cargo de la construcción de la nueva casa editora y del salón de reuniones, y fue también el arquitecto de la casa editora de Basilea. Cuando él y la Sra. de White conversaron por medio de un intérprete, ella compartió con él algunas de sus experiencias como pionera en la obra. Le habló de sus primeras visiones acerca de la reforma pro salud, y la influencia que ejercieron en ella para cambiar sus hábitos alimentarios.* EGWE 133.5