Elena G. de White en Europa

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El primer congreso en Europa

Centenares de personas viajan a Moss, Noruega

Cuando Elena G. de White llegó a Copenhague en ruta a Moss, Noruega, para asistir al primer congreso que se iba a realizar en Europa, le sorprendió encontrar en la estación a la realeza y a altos dignatarios noruegos. “Había hombres vestidos de rojo cuya magnificencia resplandecía por doquier”. Desde el coche hasta la estación se había extendido ceremoniosamente una alfombra de Bruselas. EGWE 341.1

¿A qué se debía tanta excitación? Alguien dijo que el Príncipe real de Dinamarca estaba en el tren. El príncipe heredero, que luego llegó a ser el Rey Federico VII, estaba en realidad en la estación, pero no en el tren. EGWE 341.2

El hermano del príncipe heredero, Valdemar, y su esposa María, también estaban allí, porque la madre de María, la duquesa de Chartres, había viajado en el tren donde iba Elena G. de White. La familia real danesa estaba relacionada, por medio de distintos matrimonios, con la mayor parte de las casas reales de Europa en esa época, y no es raro que la gente estuviera confundida y que la Sra. de White hubiera recibido información errónea. EGWE 341.3

“Al rey de Dinamarca se lo llamaba entonces el Suegro de Europa”.* El príncipe heredero Federico estaba casado con una princesa sueca; la hija mayor, Alejandra, era la esposa del príncipe de Gales, que más tarde se convirtió en el rey Eduardo VII de Inglaterra; el hijo que le seguía, Guillermo, llegó a ser el Rey Jorge I de Grecia; Valdemar, el príncipe a quien Elena G. de White vio, estaba casado con una dama de la nobleza francesa. Dagmar, la penúltima hermana, era la esposa del zar Alejandro III de Rusia, y finalmente, la menor, Thyra, estaba casada con el duque de Cumberland, de Inglaterra. EGWE 342.1

El cortejo real atravesó un portal en forma de arco para llegar a un coche rodeado por soldados que lucían uniformes adornados con plumas, y pronto emprendió el camino al palacio. Elena G. de White tomó un coche que la llevó a un alojamiento mucho más humilde. A ella no se le había extendido una alfombra de Bruselas, ni se habían reunido personajes reales para recibirla con honores; pero los humildes santos de Dios, la realeza del reino celestial, esperaban en Copenhague su llegada y el mensaje que les traería de parte del Rey de reyes. EGWE 342.2

El viernes almorzó con Eduardo G. Olsen y su esposa Elizabeth. Olsen, el hermano menor de O. A. Olsen, estaba en Copenhague desde el mes de octubre. Bajo su ministerio, la iglesia había crecido hasta alcanzar más de 50 miembros. El matrimonio Olsen acababa de tener, hacía una semana, a su primer hijo. Ante la presencia de visitantes tan importantes, Elizabeth no quiso que la tomaran por perezosa, así que se levantó y comenzó a trabajar mucho antes de lo que se acostumbraba a hacerlo en aquel tiempo. Elena G. de White apreció su cariñoso interés, pero se preocupó sinceramente por lo que consideró una “imprudencia”. EGWE 342.3