Elena G. de White en Europa
La posición de Elena G. de White
La posición que Elena G. de White había sostenido desde hacía muchos años, respaldaba plenamente el concepto de que el movimiento adventista cumplía las especificaciones de la profecía bíblica de Apocalipsis 14:6-12. EGWE 336.3
Conradi insistía en que los reformadores del siglo XVI predicaron ese mensaje cumpliéndose así las especificaciones de la profecía. EGWE 336.4
En el Testimonies for the Church 9:19, Elena G. de White escribió: EGWE 336.5
“En un sentido muy especial, los adventistas del séptimo día han sido colocados en el mundo como centinelas y transmisores de luz. A ellos ha sido confiada la tarea de dirigir la última amonestación a un mundo que perece. La Palabra de Dios proyecta sobre ellos una luz maravillosa. Una obra de la mavor importancia les ha sido confiada: Proclamar los mensajes del primero, segundo y tercer ángeles. Ninguna otra obra puede ser comparada con ésta y nada debe desviar nuestra atención de ella. EGWE 337.1
“Las verdades que debemos proclamar al mundo son las más solemnes que jamás hayan sido confiadas a seres mortales. Nuestra tarea consiste en proclamarlas”.—Joyas de los Testimonios 3:288. EGWE 337.2
Con respecto a la interpretación de Daniel 8:14, Conradi sostenía que los hechos acaecidos en Turquía y en el Oriente en 1844, cumplían la profecía que declaraba que al fin de los 2.300 años el santuario sería purificado. Pero veamos lo que declara la pluma inspirada: EGWE 337.3
“Las Escrituras contestan con claridad a la pregunta: ¿Qué es el santuario? La palabra ‘santuario’, tal cual la usa la Biblia, se refiere, en primer lugar, al tabernáculo que construyó Moisés, como figura o imagen de las cosas celestiales; y, en segundo lugar, al ‘verdadero tabernáculo’ en el cielo, hacia el cual señalaba el santuario terrenal. Muerto Cristo, terminó el ritual típico. El ‘verdadero tabernáculo’ en el cielo es el santuario del nuevo pacto. Y como la profecía de Daniel 8:14 se cumple en esta dispensación, el santuario al cual se refiere debe ser el santuario del nuevo pacto. Cuando terminaron los 2.300 días, en 1844, hacía muchos siglos que no había santuario en la tierra. De manera que la profecía: ‘Hasta dos mil y trescientas tardes y mañanas; entonces será purificado el santuario’, se refiere indudablemente al santuario que está en el cielo”.—Seguridad y Paz en el Conflicto de los Siglos, 469, 470. EGWE 337.4
“Así que los que andaban en la luz de la palabra profética vieron que en lugar de venir a la tierra al fin de los 2.300 días, en 1844, Cristo entró entonces en el lugar santísimo del santuario celestial para cumplir la obra final de la expiación preparatoria para su venida”.—Ibid. 474, 475. EGWE 338.1
La posición histórica que la iglesia y Elena G. de White sostenían acerca del tema del santuario y el sacerdocio intercesor de Cristo, está bien expresada en las siguientes palabras: EGWE 338.2
“Sé que la cuestión del santuario, tal cual la hemos sostenido durante tantos años, está basada en justicia y verdad. El enemigo es quien desvía las mentes. Le agrada cuando los que conocen la verdad se dedican a coleccionar textos para amontonarlos en derredor de teorías erróneas, que no tienen fundamento en la verdad. Los pasajes de la Escritura así empleados están mal aplicados; no fueron dados para sostener el error sino para fortalecer la verdad”.—Obreros Evangélicos, 318. EGWE 338.3