Elena G. de White en Europa
Un consejo acerca de los grupos pequeños
La esencia del mensaje que predicó la Hna. White fue publicado en la Review: EGWE 321.1
“Que estos grupos pequeños que pocas veces escuchan predicar, se aferren más firmemente de Jesús. Que decidan en primer lugar este punto: Saber que están dispuestos a caminar por el sendero estrecho, por el que Jesús transitó antes que ellos, y a llevar su cruz. Que se apropien de las promesas de Dios, de concederles orientación divina... Con estas preciosas promesas no necesitamos sentirnos desanimados. EGWE 321.2
“Dios no ignora las pruebas y tentaciones de cada uno de sus queridos hijos, y si ellos anhelan tener amor, paz y armonía entre sí, ¡cuánto le agrada esto a Jesús! El oró a su Padre para que sus discípulos fuesen uno, como él lo era con el Padre. Si alguna persona, cualquiera sea el ambiente o las circunstancias que la rodean, se esfuerza por responder a la oración de Cristo, en sus sentimientos, palabras y acciones hacia el prójimo, estará colaborando con el Señor Jesús en su obra, y todo el cielo se regocijará” (27 de septiembre de 1887). EGWE 321.3
La Hna. White se dio cuenta de que un grupo pequeño como el de Vohwinkel tenía grandes posibilidades de compartir su fe. ¿Previó quizá la expansión y las dimensiones que alcanzaría en el futuro la obra en Alemania? ¿El notable crecimiento que se produciría en los años venideros? “¡Cuánto bien pueden hacer unos pocos si están plenamente unidos en Cristo!... Son canales de luz para el mundo”, escribió con un sentimiento de esperanza. EGWE 321.4
Para concluir, hizo la siguiente amonestación: EGWE 323.1
“Que cada hermano se sienta responsable en gran medida por la fuerza y la prosperidad de la iglesia. Cuando hayáis usado al máximo vuestra capacidad, Dios ciertamente hará su parte, y os dará la iluminación divina. Dios obrará, y vosotros debéis obrar hacia el mismo fin para cumplir el mismo propósito, como los soldados fieles de un ejército que obran en armonía con los planes y propósitos de sus dirigentes. Debemos rendir nuestra voluntad a la voluntad de Dios. Estas iglesias pequeñas pueden ser iglesias vivas, sanas y fuertes. EGWE 323.2
“Jamás olvidaré a este pequeño grupo y las gratas relaciones que hemos mantenido al adorar a Dios. Me hubiera gustado hablar directamente con estas preciosas almas, pero estoy agradecida por el privilegio de hablarles a través de un traductor. Pablo puede plantar y Apolos regar, pero Dios da el crecimiento”.—Ibid. EGWE 323.3